EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
VERDADES Y ESTUDIOS PENDIENTES.
diciembre 29, 2008
Deberíamos estudiar y enfrentar algunas verdades de la época de Fulgencio Batista, porque sin este recorrido sincero, abierto, por esa parte de la historia de Cuba, no podremos rehacer nuestra historia, comprenderla, y dar el salto necesario para empezar a crear un futuro, sin necesidad de revolver ningún pasado con odio, con temor, y con mentiras. No se trata de edulcorar nada, se trata de saber la verdad que nos escondió y nos esconde la dictadura castrista, la más vieja del mundo.
FRAGMENTOS DE DISCURSO DEL PRESIDENTE FULGENCIO BATISTA.
“Puedo concebir que se atente contra mi vida, lo que no puedo concebir es que se atente contra la vida de la nación.
(Discurso del Presidente Batista, en señal de reconocimiento y respuesta al de la Asociación Nacional de Colonos.)
“La visita con la que me honran los colonos esta tarde, es una de aquellas que tenemos que considerar, por su finalidad, por su finalidad y por sus motivaciones, como excepcional.
La industria azucarerra ha vivido momentos críticos, y para resolver la grave situación, nos reunimos varias veces a fin de estudiar, de común acuerdo, aquellas medidas que dieran a la población cubana los medios económicos estables, capaces de conducir a la Nación hacia mejores destinos.
IMPREVISIÓN Y EXCESOS.
La producción azucarera -lo ha dijo el Señor Presidente del Comité Ejecutivo de los Colonos, pero lo conoce Cuba entera sin necesidad de que yo lo repita- ha venido sufriendo crisis agudas y graves. Toda la economía estaba resquebrajada. En 1953, los que sembraron confiando en los mercados, y entre ellos, principalmente, los colonos, sufrieron pérdidas enormes. En aquellas ocasiones hablamos de la imprevisión de los excesos; pero no eran momentos para detenerse en las inculpaciones, sino para trabajar con vista a salvar a Cuba del caos económico y social que la amenazaba. Con los Colonos, los Hacendados tuvieron que sacrificarse y los trabajadores recibieron el doloroso impacto en sus salarios y en sus hogares. Aquellas dificultades no las sufrieron solamente determinadas clases, sino que repercutieron con reflejos de ansiedad y angustia en todo el país. Esa angustia nos alcanzó a todos, a Colonos, a Hacendados y a trabajadores, al comercio, a la industria en general, a los hogares cubanos en sus indispensables ingresos, a la administración pública y a la Nación en todas sus actividades.
NINGUNA PASIÓN ME INFLUYE.
No dimos descaso al cuerpo en nuestros empeños. Como Jefe de Estado siempre he tenido cuidado de que las naturales pasiones que germinan en todo hombre, no influyan, por lo menos poderosamente, en mis actitudes de gobernante, y en medio de incesantes críticas quise que cada medida que dictara el gobierno, fuera el producto de la meditación y del estudio, con la cooperación de los sectores más responsables.
Tuvimos la suerte -y no deja de ser suerte en momentos tan críticos como aquellos de contar con la colaboración de las distintas clases afectadas, como eran las que intervienen en la primera industria nacional. La serenidad, el sentido de las responsabilidades y el concepto de sus deberes, ayudaron mucho y bien. Por suerte, la crisis fue rebasada. En muchos hogares se lloró, y muchos rostros de hombres luchadores se bañaron en lágrimas; porque la única fortuna con que contaban estaba liquidándose y el porvenir parecía incierto. Al rebasar la crisis, los planes económicos que habíamos concebido, como contrapeso, estaban en pleno desarrollo. Gracias a Dios, a esos esfuerzos y a la cooperación obtenida, el país ha venido marchando, y marcha, por rutas económicas, que ojalá no desaparezcan jamás de nuestra tierra.
NO CONCIBO SE ATENTE CONTRA CUBA.
Las palabras del colonato hoy, a través del Presidente del Comité Ejecutivo, son reconfortantes para mí. Yo las agradezco desde lo más profundo de mi corazón. Esas palabras, sin embargo, demuestras nuestros desvelos por el bienestar de todos. Yo trato de impersonalizarme cuanto puedo de mis funciones como Presidente de la República, y concibo que es lógico que el adversario político me combata y me critique; concibo que tenga enemigos y gente que, incluso, atente contra mi vida. Lo que no puedo concebir es que se atente contra la vida de la Nación, con sus basamentos económicos y contra las fuentes de riqueza y de trabajo, que son esenciales a la Nación y a la familia cubana. (Aplausos).
En diciembre del año pasado anunciamos que el plan insurreccional incluía la quema de los campos de caña y la destrucción de los ingenios. Ese conocimiento nos hizo tomar precauciones, y los colonos y los trabajadores, principalmente, con la sola vigilancia de la Guardia Rural, han impedido que triunfara el propósito perverso. No podíamos creer que los que así planeaban atacar en lo más medular la economía y el bienestar del pueblo cubano, fueran políticos o cubanos que quisieran a Cuba, y preferimos creer, que, en gran parte, se debía a una táctica comunista.
TÁCTICA COMUNISTA.
Desgraciadamente, tenemos que confesar que la táctica comunista ha sido usada como instrumento, empleándose a elementos de esa tendencia, a irresponsables y a terroristas profesionales, para saciar venganzas que, en consecuencia, paga Cuba con sus quebrantos y dolores.
Si dijera que se ha intentado la quema colectiva de caña, por medio de un avión adquirido recientemente en algún lugar de los alrededores de donde vive, por quien tiene bastantes recursos para costearse ese lujo morboso y criminal, no se creería, no se creería. Se regaría desde el aire fósforo vivo.. El avión está en tierra, y no saldrá. Sobre nuestras aguas hubiera caído y no sobre los cañaverales, prevenidas como estaban las fuerzas que lo impedirían. Mejor ha sido así; pero se destaca la locura y la maldad.
ATAQUE A LA CASA DE LA NACIÓN.
El ataque a Palacio fue, como yo dije momentos despues, un ataque a la casa de la Nación. En Palacio hay hombres desarmados, empleados, hombres y mujeres que nunca, ni remotamente, han pensado en usar armas pare defenderse. Aquí estaban ellos y el grupo que forma la guarnición, escaso como siempre. Además, mi mujer, y uno de mis hijos, porque los demás estaban en el colegio, mis inmediatos empleados y yo, con el Ministro de la Presidencia.
CONDUCTA MALVADA.
Al agradecer a los señores Colonos y a las señoras que lso acompañan, esta bondadosa visita, tengo que recordarles que desde los mismos días de la crisis azucarera, queriéndose atacar a la economía nacional, se dijeron muchas cosas que después se comprobaron irreales y falsas. Entre ellas se dijo, por ejemplo, que íbamos a incautarnos de los fondos privados depositados en los bancos. Aquello llegó a tomar algún cuerpo en cierto sector de la opinión pública, y hasta algunas personas serias llegaron a preguntarnos si efectivamente el gobierno tenía ese propósito. Mi respuesta fue más o menos ésta: sería tan loco el Gobierno que lo intentara, como locos o malvados parecen esos que lo están propalando. (Aplausos).
Ahora mismo se ha dicho que el Gobierno tiene la intención de incautarse de una parte del diferencial azucarero. Los colonos me conocen bastante. Saben que si ese fuera un plan del gobierno, los sectores de la industria hubieran sido los primeros en conocerlo. Estemos todos tranquilos: no ha habido esa intención, ni la habrá. (Aplausos).
POR CUBA Y POR EL PUEBLO.
Al reiterarles las gracias, quiero repetir a los colonos que nada podrá extraviarme de los caminos que conducen a una conducta serena y al trabajo que, sólo por Cuba y el pueblo, deseamos qeu cuajen en fraternidad para la familia, la ejecución del programa, y en resultados fecundos los esfuerzos. Muchas gracias, y por ustedes y por Cuba, salud, salud!!”
Fragmentos del discurso del Presidente Fulgencio Batista, el 7 de abril de 1957, en Palacio Presidencial, después del asalto del 10 de marzo por los terroristas castristas (terroristas se les llama hoy a cualquier persona que intente asaltar un palacio de gobierno). Quiero destacar que el año 1957 fue el año de mayor brillantez económica de Cuba, en ese año se situó en el puesto de tercer país de América Latina, y en algunos aspectos se encontraba muchísimo mejor que algunos países europeos. Durante años he mantenido una relación que empezó con un interés investigativo y que ha terminado como amistad con la familia Batista. Resulta curioso que si comparamos el palacio presidencial de la época con el palacio presidencial que durante cincuenta años han ocupado Fidel y Raúl Castro, el de los segundos comparado con el del primero resulta un búnker de corte fascista. La casa de Fulgencio Batista, la célebre de la que tanto se ha hablado, Kuquine, resulta una bagatella al lado de las numerosas posesiones, y de la finca que hicieron de Cuba los Castros, al apropiarse de la isla. Otra curiosidad, véase la foto: la enorme manifestación de cubanos que asistía a apoyar al presidente Batista, ¿qué se hicieron esos cubanos? Porque es evidente que no todos los cubanos, como siempre se ha dicho, estaban en contra de Batista, a juzgar por las fotos, y por la enorme cantidad de periodistas, y políticos que plasmaron en esta publicación que hoy les presento aquí, su apoyo al presidente mulato, lo que se dijo era incierto.
Documentos como éstos, cartas, fotos, me fueron entregados por Fulgencio Rubén Batista y Godínez, y Roberto Batista Fernández, hijos del presidente, para la novela que escribo sobre esta figura de la historia de nuestro país. Pero estos documentos se pueden consultar, aumentados en la página de Cuba Republicana.
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