Por María Francisca Artaza

Los libros de historia nos hablan del arribo a América por los europeos como el "descubrimiento de América". Lo cierto es que Cristóbal Colón llegó al anochecer a la costa norte de Camagüey, Cuba, un 27 de octubre de 1492. A esta isla, Colón bautizó con el nombre de "Juana".
Nos pegamos 1 salto en la historia, poco más de 400 años y es el 24 de febrero de 1895, año que Cuba inicia su guerra de independencia de España con el "Grito de Baire", aprovechando el inicio de Carnaval y finaliza con la rendición de los españoles, recibiendo el apoyo de la armada norteamericana, en lo que se llamó la Guerra Hispana-Estadounidense. Hemos llegado al año 1898.
Durante algo más de 50 años, los isleños luchan por establecer un gobierno estable, sin embargo pasan entre varias dictaduras y cambios de gobierno. Finalmente, el Ejército Rebelde liderado por Fidel Castro, provoca la caída de la dictadura de Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959.
Batista a su vez, había llegado al poder en 1952, después de haber llevado a cabo un golpe de Estado contra Carlos Prío Socarrás, recién electo Presidente. Ya había ejercido la presidencia entre 1940 y 1944.
Por la misma historia, no es extraño que lo que ha marcado la vida familiar de los cubanos sean las divisiones políticas. Esto es más palpable aún tras el triunfo de la revolución del 59. Inicialmente, se ve entre los que lograron emigrar y los familiares que se quedaron en Cuba. Hoy se revela entre los parientes que habitan en la misma isla.
Es el caso de Wilman Villar, de solo 31 años, quien murió tras una huelga de hambre que inicio 50 días antes, en señal de protesta por su encarcelación en la prisión Aguadores en noviembre del año pasado, por protestar contra el gobierno en su ciudad natal de Contramaestre, portando una bandera cubana.
Nos informamos que fue sometido a juicio sumario por delitos de desacato y atentado a la autoridad, recibiendo una condena de 4 años de prisión.
La madre, la hermana y la suegra de este disidente del gobierno, son partidarias del mismo. De hecho, están emparejadas con funcionarios del ministerio del Interior de ese país.
Wilman, desde el mes de septiembre del 2011 pertenecía a un grupo llamado Unión Patriótica de Cuba, liderado por el expreso político, José Daniel Ferrer, quien logró su libertad gracias a la intervención de la iglesia católica en marzo del 2010.
Con Wilman, ya son tres las muertes por huelga de hambre en Cuba.
El primero, fue Pedro Luiz Boitel, quien falleció en 1972 tras una huelga de hambre de 53 días. Falleció sin haber recibido atención médica alguna, encarcelado en el Castillo del Príncipe.
Orlando Zapata Tamayo fue el segundo mártir de esta forma de protestar. Falleció en febrero del 2010, después de llevar a cabo una huelga de hambre de 80 días.
Wilman inició su huelga inmediatamente después de haber sido encarcelado el 24 de noviembre. A fines de diciembre, abandonó su huelga, cuando las autoridades le prometieron revisar su caso, pero la reanudó en el mes de enero al llegar a la conclusión que no se atendería su solicitud de un nuevo juicio.
En prisión, se le negó el agua y se le mantuvo desnudo en una celda de castigo. Lo mismo sucedió con Orlando Zapata, y lo mismo con Pedro Boitel. Por lo menos, es lo que indican sus familiares.
Mientras se debatía entre la vida y la muerte en el hospital de Santiago de Cuba, su madre, esposa, tíos y primos, estuvieron presentes.
No sé bien como Cuba hará para lograr cimentar una democracia. Lo que me da esperanza en su gente, en su futuro, es justamente conductas como la de este grupo de personas que enfrentados a la muerte de uno de los suyos, se olvidaron de sus divisiones y la esperaron como "familia".
Hoy el gobierno cubano niega que Villar haya sido preso político. Indican que fue arrestado por golpear a su esposa. Eso me provoca gran rechazo, ya que me recuerda la forma como los medios de mi país distorsionaban los hechos durante la dictadura.
Para los cubanos, la revolución continúa. De hecho, dado que los "revolucionarios" siguen en el poder, ellos indican que la revolución se inició el día del alzamiento contra Batista, pero esta sigue.
Bajo ese prisma, no es extraño que las protestas sean duramente reprimidas. Bajo esa mirada, cualquier disidente es un contra revolucionario, un traidor.
No comparto esa mirada.
Es de esperar que la muerte de Wilmar Villar sea la última por este tipo de circunstancias en Cuba. Es de esperar que los más de 200 prisioneros políticos puedan salir de su cautiverio forzoso a la brevedad. Es de esperar que todos los cubanos puedan expresar "somos libres" y cimentar una democracia estable.
Cuba es una patria muy joven, según los estándares de otros países de Latinoamérica y el mundo. En estos 53 años, han logrado grandes avances que el mundo ha sido capaz de verificar, pero la transición a una verdadera democracia sería una revolución.
Este mensaje ha sido enviado gracias al servicio BlackBerry de Movilnet
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escriba aqui su comentario y respete las normas y la ortografía. Gracias