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viernes, 16 de diciembre de 2011

¿Cabra tirando al monte? O el arte de subsistir!

¿Cabra tirando al monte?

Viernes, 16 de Diciembre de 2011 05:58 ⁠  LA HABANA, José Hugo Fernández, Cubanet ⁠ 

El trovador cubano Santiago Feliú no solía hablar como un político. Mucho menos como un político de la izquierda ortodoxa. De modo que es difícil saber cómo tomamos lo que hace pocos días declaró al diario Clarín, de Buenos Aires.

Santiago ha echado garra a la palabra "resistencia", convertida por nuestra dictadura en una suerte de mámpara que le sirve para disimular su apego patológico al poder, disfrazándolo, para colmo, de patriotismo y de santurrón anticapitalismo.

Apertura no, resistencia, ya que esta es la palabra que mejor le sienta hoy a Cuba: Es lo que esencialmente declaró Santiago Feliú en Buenos Aires, adonde suele viajar con frecuencia, quizá con mayor frecuencia que aquella con que los pobres de La Habana logran comer caliente dos veces en un mismo día.

Como no lo dijo cantando –que es el único modo en que suele expresarse con fluidez-, nos cabe entonces la esperanza de que no lo hayamos entendido bien. Va y al hablar sobre resistencia, Santiago no intentaba sino reconocer nuestra necesidad de resistir, sin dejarnos engañar una vez más, ante las actuales maniobras "aperturistas" con que el régimen finge cambiar algo para que nada cambie.

Lo malo es que no fue lo único que dijo. Contrariando su rasgo de no hablar como un político, y menos como un sofista al servicio de la dictadura cubana, Santiago incurrió en la apelación del bloqueo como causa de los problemas de lo que aquí llaman nuestro modelo socialista, o sea, esa mezcla de cacicazgo feudal -raigalmente corrupto e improductivo- con autocracia de campamento sitiado.

Pintoresco, a fuerza de ser inusual, nos resulta ese nuevo talante de funcionario simplón que se gastó el autor de canciones como "Metamorfosis". Uno no atina más que a preguntarse: ¿será que nos engañaba antes, o nos engaña ahora?.

En cualquier caso, Santiago no ha ingresado solo a la cofradía de nuestra izquierda bistec. Pues hoy se nota un franco aumento en el número de artistas e intelectuales residentes (teóricamente) en La Habana, que luego de haber tenido un pasado más o menos contestatario, más o menos antisistema, o más y menos marginal, han hallado acotejo económico a la sombra de la dictadura, justo en medio del desfiladero que lleva de la edad madura a la vejez. Y entonces nos los encontramos de pronto convertidos en muñecos del ventrílocuo.              

Según un axioma del catecismo marxista, todo pequeñoburgués se proyecta revolucionario cuando joven, y luego se vuelve reaccionario. También podría ser invertido el orden de los factores sin que se altere el producto: Todo reaccionario se proyecta revolucionario cuando joven, y luego se vuelve pequeñoburgués. O para sintetizarlo en buen cubano: toda cabra termina tirando al monte.


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