ÚN | Reuters. - Uno de cada tres ancianos estadounidenses cubiertos
por el seguro federal Medicare se somete a una cirugía en el último
año de su vida, según un nuevo estudio.
Los reembolsos de Medicare y la disponibilidad de camas en los
hospitales son los factores que más influyen en la decisión de los
médicos de operar, más que la necesidad o el deseo de los propios
pacientes, reveló el estudio, publicado en la última edición de la
revista médica británica The Lancet.
"Mientras que algunas de estas cirugías son claramente necesarias y
útiles para los pacientes, probablemente una porción sustancial no lo
es", dijo a Reuters el director de la investigación, Ashish Jha, de la
Escuela de Salud Pública de Harvard.
"Nosotros (los médicos) realmente no consultamos a los pacientes qué
quieren y terminamos realizando un montón de procedimientos", añadió
el autor.
La cantidad de pacientes que se somete a una operación hacia el final
de su vida es mayor en las regiones con gasto total de Medicare
elevado, reveló el estudio.
Por ejemplo, la tasa de cirugías en el final de la vida fue tres veces
mayor en Munster, en la zona de Indiana, que en Honolulu.
El estudio, que observó datos de más de 1,8 millones de beneficiarios
del seguro oficial estadounidense que tenían 65 años o más y murieron
en el 2008, también halló que cerca de uno de cada cinco pacientes
mayores se sometió a un procedimiento quirúrgico en el último mes de
vida.
Los médicos deberían evaluar con más cuidado los beneficios de las
cirugías en los pacientes ancianos antes de realizar procedimientos
que quizá no mejoren su calidad de vida, concluyó Jha.
Además de las diferencias regionales, el estudio encontró que las
decisiones sobre si realizar una intervención a ancianos
estadounidenses durante el último año de sus vidas solían estar más
influenciadas por la edad de los pacientes que por su necesidad o
deseo de someterse a ellos.
Las probabilidades de realizar un procedimiento quirúrgico disminuían
significativamente a medida que los pacientes envejecían, halló el
equipo.
Alrededor del 38 por ciento de los pacientes se sometió a una cirugía
a los 65 años y el 35 por ciento, a los 80, pero apenas un 24 por
ciento lo hizo si había vivido entre los 80 y los 90 años.
Jha manifestó que los médicos deben hablar con los pacientes que están
cerca de la muerte e informarles que un procedimiento no
necesariamente mejorará su calidad de vida.
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