Cuba: La mano represiva del Gran Hermano
El Gran Hermano del libro 1984 de George Orwell aún vive y está justo en nuestro patio trasero. Yoani Sánchez ha documentado cómo funciona el Gran Hermano a través de su descripción del gobierno cubano en su nuevo libro Havana Real.
La represión en Cuba a menudo toma la forma de un grupo de matones en vez de policía organizada. Está dirigida contra personas que hablan abiertamente y albergan opiniones en contra del régimen. Incluso Sánchez y sus amigos fueron secuestrados y golpeados debido a sus blogs y su oposición al régimen de Castro.
Sánchez escribió: “¿Cómo puedo describir la cara despótica de quienes nos obligaron a introducirnos en aquel coche [o] su visible disfrute cuando nos golpearon?” Magullada y adolorida, Yoani y sus compañeros aparecieron tras el secuestro con heridas emocionales y mentales. El mensaje es claro: Contra nosotros, Ud. no tiene derechos, nuestro poder es ilimitado.
Más allá de los secuestros, los cubanos son encarcelados con frecuencia sin orden judicial:
Por años, centenares de presos de conciencia han sido encarcelados en Cuba a causa de la expresión pacífica de sus puntos de vista…. Acoso, intimidación, detenciones arbitrarias y procesos penales, todos siguen siendo utilizados para restringir la expresión de opiniones críticas contra el gobierno.
La regulación gubernamental de Internet ha limitado rigurosamente la capacidad de los cubanos a comunicarse unos a otros y con el mundo exterior. Las autoridades cubanas bloquean Twitter, Facebook e incluso el blog de Sánchez, Generación Y. También el acceso es altamente restringido. En La Habana, muchos cubanos nativos tienen que recurrir a vestirse como turistas o hablar idiomas extranjeros solo para pasar el control de los guardias y entrar en los cafés de Internet.
Entonces, ¿qué quiere el Gran Hermano? Él quiere un grupo de verdaderos creyentes que operen el partido, el Estado y el ejército como órganos de represión. Él quiere la mano de obra de las abejas obreras para la gloria de la colmena. Él quiere que otros cubanos se queden apáticos y fatalistas.
Como señala Sánchez, “La persona que se queja o exige sus derechos es vista como ‘una especie de bicho raro’”. Además Sánchez apunta que hay como una enfermedad generalizada que se puede distinguir en el exquisito lenguaje cubano Ella dice que frases como “No se preocupe”, “Le va a dar un ataque al corazón”, “Solo ignóralo” y “Con eso no va a lograr nada” se oyen con frecuencia en la cultura cubana. Reflejado en el lenguaje de muchos en Cuba hay un espíritu exhausto que ha perdido su voluntad de luchar por lo que realmente importa: la libertad.
Así es como los hermanos Castro lo quieren.
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