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viernes, 13 de mayo de 2011

Esencia del Inmovilismo

Lic. Javier Hernández H.

Comentando con el presidente de nuestra Asociación, el licenciado Vallín sobre el "inmovilismo" cubano recordándome él por su mayor experiencia el proceso similar de los 90 en Europa del Este, repasamos las manifestaciones que el lastre de la gestión socialista provoca en una sociedad. Es manida la comparación, pero por su formación, desarrollo y accionar, funciona como una célula cancerígena en la estructura de un país, pasando por ramas estatales, gubernamentales, empresariales, culturales, deportivas, judiciales y concluyendo por supuesto en el más afectado, el ciudadano común.

Nos gustaría exponer dos conclusiones acerca de este tema, que muchos compatriotas y amigos habrán concluido también.

En analogía con otras ramas del saber, tomamos prestados algunos conceptos: hacedor, mandato, receptor para ilustrar mejor este primer caso, pues está demostrado que en el "inmovilismo" cubano funcionan tres constantes, que deberían ser cinco o seis variables de un engranaje orgánico adecuado y asegurador del rítmico bienestar de un pueblo.

1. Quién hace o genera el mandato (Organismo, Gobierno, Presidente).2. Quién lo ejecuta (funcionario, Institución).3. Quién lo recibe (ciudadano, población).
Se supone que los dos primeros estén creados (elegidos) para el normal desarrollo y bienestar del tercero; pero cuando no sucede así, que es lo más común, aparece el verdadero problema porque el tercero no conoce a quién debe exigirle, ni quién le rinde cuentas, ni dónde acudir para defender sus derechos.

Nuestro sistema electoral está conformado de manera tal, que los terceros nunca eligen a los primeros, por tanto, cuando existe mala gestión, éstos no se ven cuestionados, y como jamás suelen ver ni sentir las verdaderas dificultades y vicisitudes de la "cara oculta de la luna", y mucho menos sensibilizados por cambiar lo que debe ser cambiado: nadie se mueve, nadie actúa.

El otro componente que alimenta la cultura del "inmovilismo" es el psicológico, el cual se da fundamentalmente en los que deben ejecutar, funcionar, hacer las cosas bien (los segundos).

¿Cómo influye el factor psicológico?, muy fácil. En esa posición un funcionario no puede proponer una iniciativa o plantear problemas o deficiencias porque afecta los intereses personales de otros funcionarios. Nadie reacciona porque están "resolviendo"sus asuntos individuales y los de "arriba", no los colectivos. Todos se escudan en el "bloqueo", y esgrimen la falta de presupuesto o financiamiento: no está en el plan (entre otras justificaciones).

Algunos quizás piensen, ¿qué resolveré por dar una opinión diferente? Perderé la confianza de mi jefe, perderé mi puesto, mi automóvil, mi ascenso o algún viaje al extranjero.

Otros se inhiben de defender a los trabajadores porque… ¿acaso me tilden de revisionista, de conflictivo, de extremista, de hipercrítico, de no entender la situación de la "crisis actual"? No pueden darse el lujo de perder "poder".

Un ejemplo: El director de la harina resuelve pan y dulce al de gastronomía quien resuelve comidas y refrescos, otro director resuelve cajas de ron, y otro, cajas de tabacos. Un funcionario profesional del sindicato consigue las casas en la playa y reservaciones en hoteles (correspondientes a los afiliados vanguardias) y, por supuesto, toman ron y fuman o regalan tabacos a un superior que los mantiene en sus cargos y así, sucesivamente.

¿Cómo mantienen el puesto además de las dádivas?: rindiendo cuentas o informando de su gestión a los primeros (por supuesto), con dosis de "globos inflados", de triunfalismo, de tergiversación de la realidad, simplificación o minimización de los problemas, para hacer más tenues las "evaluaciones".

Existen muchas causas para el "inmovilismo": la mediocridad, el nepotismo, el socialismo, el regionalismo, la insensibilidad y la falta de compromiso con el pueblo. Están, además, el poder, la avaricia, el "confiabilismo" (una nueva categoría cubana donde es "confiable" el que no critica, no delata, no defiende los derechos de los trabajadores, pero justifica y apoya a los jefes).

Lastimosamente, la resultante es que por falta de conocimientos y un sujeto que garantice los derechos ciudadanos (que la Asociación Jurídica se esfuerza por lograr), se abre más la brecha entre quienes elegimos hacer las cosas mejor y los que no.

Mientras menos conocimientos y exigencia tengamos de nuestras garantías civiles, nada cambiará y mientras más pasivos seamos, más "inmovilismo" y más tiempo daremos a ese cáncer


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