Orlando Zapata Tamayo: Concluye la campaña #OZT: Yo acuso al gobierno cubano:
"Concluye la campaña #OZT: Yo acuso al gobierno cubano
publicado el lunes, abril 04, 2011
La campaña “#OZT: Yo acuso al gobierno cubano” ha cumplido su misión. Hoy decimos adiós y damos las gracias a todos los que la hicieron posible.
Gracias a Orlando Zapata Tamayo por inspirar con su fuerza y su fe en la libertad a toda la oposición pro democrática cubana. Gracias a Reina Luisa Tamayo Danger por crecerse ante la muerte imperdonable de su hijo y por continuar defendiendo y proclamando sus valores. Gracias a los presos políticos, en dondequiera que hoy estén, por su dignidad y su coraje en las peores circunstancias. Gracias a Guillermo Fariñas por continuar el desafío de Orlando Zapata Tamayo sin variar el carácter ni la efectividad de su lucha. Gracias a las Damas de Blanco por su constancia y disciplina, por arriesgar su libertad marchando cada domingo por la libertad de los suyos y por la de todos nosotros.
Gracias a los gobiernos y parlamentos democráticos, a las organizaciones cívicas y de derechos humanos que condenaron, deploraron o lamentaron la muerte de Orlando Zapata Tamayo y reclamaron libertad para los presos de conciencia. Gracias a aquellos que participaron en las marchas de protesta frente a las sedes diplomáticas del gobierno castrista y en las principales ciudades del exilio cubano. De sus actos solidarios, independientes y espontáneos, también se nutrió esta campaña. Gracias a todos los que trabajaron directamente en ella, en su infraestructura y funcionamiento, en la recogida de firmas y en los partes de prensa, redactando noticias, entrevistando, traduciendo, contactando personalidades o facilitando contactos, divulgando su existencia y su trabajo en los blogs y en las redes sociales. Y gracias, muy especialmente, a cada uno de los 53.637 firmantes de la Declaración de #OZT, que consiguieron hacerla relevante y efectiva.
La liberación de los últimos prisioneros de conciencia de la Primavera Negra de Cuba y el avance ininterrumpido de las excarcelaciones del resto de los presos políticos es hoy una realidad. Hace apenas un año era solo una esperanza o un buen deseo compartido. Para nosotros, fue una meta.
El papel de “#OZT: Yo acuso al gobierno cubano” en el contexto de las excarcelaciones no fue inducir la indignación que intelectuales, artistas, políticos, académicos y cuanta personalidad o ciudadano común medianamente informado sintió auténticamente ante el crimen de Zapata, sino potenciar su expresión y dirigirla al objetivo de las excarcelaciones. Cada adhesión a la campaña de una figura de renombre, cada declaración subsecuente argumentando esa adhesión, cada decena de miles de firmas obtenidas y revisadas con rigor tuvo amplia repercusión en los medios de prensa y fue una oportunidad para divulgar la injusticia del presidio político en Cuba.
Nuestra campaña propició que la condena al castrismo por la muerte de Zapata y la demanda de excarcelación de los presos políticos constara en toda la amplitud del espectro ideológico y generacional, que trascendiera el ámbito de las instituciones políticas y se articulara también directamente desde el seno de la sociedad civil.
En la Declaración de #OZT Por la libertad de los presos políticos cubanos, pusieron su nombre y prestigio Herta Müller y Pedro Almodóvar, Mario Vargas Llosa y Pilar Bardem, Jordi Pujol y Markus Meckel, Juan Marsé y Enrique Krauze, Fernando Savater y Roberto Saviano, Jorge Castañeda y Luis Yáñez-Barnuevo, Jorge Luis Batlle y Ricardo Arias Calderón, Philip Pettit y Cornel West, Ana Belén y Víctor Manuel, Ian Gibson y Roger Bartra, Jorge Volpi y Ana María Matute, José Ribeiro e Castro y Antonio Ledezma, Fernado Iwasaki y Eduardo Lizalde, Nacha Guevara y Kwame Anthony Appiah, Antonio Muñoz Molina y Elvira Lindo, Soledad Bravo y Antonio Sánchez García, Roberto Ampuero y Thomas Mermall, Ibsen Martínez y Esther Tusquets, Jorge Eduardo Benavides y Edmundo Paz Soldán, Rosa Montero y Fernando Trueba, Ángeles Mastreta y Fernando García Ramírez, Arcadi Espada y Julia Otero… Una lista extensa, notable y diversa.
No menos notables y diversas fueron las firmas cubanas. Carlos Alberto Montaner y Oswaldo Payá Sardiñas, Andy García y Nilo Cruz, Raúl Rivero y Carlos Eire, Vladimiro Roca y Paquito D'Rivera, Elizardo Sánchez y Lincoln Diaz-Balart, Jorge Luis García Pérez (Antúnez) y Lili Rentería, Huber Matos y Yoani Sánchez, Laura Pollán y Olga Guillot, Rafael Rojas y Zoé Valdés, Martha Beatriz Roque y Manuel Cuesta Morúa, Abilio Estévez y Mario García Joya, Willy Chirino y Antonio José Ponte, Enrico Mario Santí y Oscar Espinosa Chepe, Ernesto Hernández Busto y Guillermo Alvarez Guedes, Armando Valladares y Laritza Diversent, Iván de la Nuez y Ricardo Bofill, Ileana Ros-Lehtinen y Albita Rodríguez, Nat Chediak y Carlos Moore, Dagoberto Valdés y Manuel Díaz Martínez, María Elena Cruz Varela y Antonio Orlando Rodríguez, Daína Chaviano y Jorge Luis Arcos, Jorge Olivera Castillo y Ángel Santiesteban, Marcelino Miyares y Cristóbal Díaz Ayala, Manuel Pereira y Amir Valle, Gloria Estefan y Ena Lucía Portela, Hilda Rabilero y Robert Menéndez, Tania Bruguera y Jorge Ferrer, Ramón Alejandro y Claudia Cadelo, Vicente Echerri y Alejandro Armengol… Cientos de voces disímiles y a menudo encontradas de la oposición y el exilio, de la sociedad civil en ciernes y de la cultura cubana, apoyando y avanzando una agenda común.
Las estrictas exigencias de la realpolitik pueden llevar a Raúl Castro, al ex canciller Moratinos y al cardenal Jaime Ortega a afirmar una y otra vez que estas excarcelaciones son producto de su diálogo inédito y nada tienen que ver con los sacrificios y esfuerzos de los demócratas cubanos ni con las “campañas mediáticas” de las que tanto se ha lamentado el castrismo. Similares exigencias y el honor a la verdad nos obligan a nosotros a afirmar una y otra vez que la libertad de los opositores cubanos ha sido gestión principal de los opositores cubanos, dentro y fuera de Cuba, y del apoyo de la comunidad democrática a partir del 23 de febrero del 2010. No tanto así su destierro. Urge que entendamos bien cómo se logró esta meta si queremos conseguir otras más ambiciosas.
La decisión de liberar a todos los presos políticos en el plazo de un año, anunciada a comienzos de julio del 2010, gestionó al gobierno cubano cierta buena voluntad y la distensión de las presiones de que era objeto entonces. Esta buena voluntad se ha ido deteriorando por la dilación y manipulación de unas excarcelaciones que han equivalido al destierro para la gran mayoría. Nada quedará de ella si no concluye este proceso de forma cabal y oportuna y se permite el retorno de los que han sido desterrados.
Si algún provecho hacia el futuro deja nuestra iniciativa es mostrar que es posible y quizás ineludible para la oposición y el exilio generar proyectos de cambio que no giren en torno a sus propios creadores y que estimulen el encuentro de todos los que trabajamos por una Cuba democrática. Si alguien aún tenía dudas, demostramos también una vez más la eficacia de las nuevas tecnologías de comunicación para coordinar la acción de una oposición disgregada por diseño y para beneficio del poder totalitario.
La voluntad de libertad de los cubanos está viva. De nuestra inteligencia y carácter depende que se realice en la práctica social y en las normas jurídicas de una nueva República.
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