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domingo, 21 de noviembre de 2010

Cuba: creer o no creer, ésa es la cuestión

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO


Cuba: creer o no creer, ésa es la cuestión


La cuestión no es si cree en la religión afrocubana o en el catolicismo, si no en la revolución y sus dirigentes. En Cuba, nunca se sabe si lo último que declaran es realmente lo que van a hacer. Es que llevan más de 50 años diciendo, pero en la práctica no se palpan muchos resultados. O han sido limitados.

Como ha ocurrido en la agricultura, ganadería, pesca, industria azucarera, transporte, entre otros sectores de la economía. O en la salud, educación, deporte y cultura. Por mencionar un solo ejemplo, ¿quién se acuerda de las diez instituciones culturales básicas, aquel gran proyecto en la década de 1980? 

“La revolución ha vivido a golpe de consignas, panfletos y discursos. En una palabra, improvisando. Por eso las últimas declaraciones de Raúl y Fidel le resbalan a algunas personas. La credibilidad en ellos ha disminuido bastante, sobre todo entre los cubanos más pobres, para quienes se va un año y empieza otro y siguen igual o peor”, dice Ernesto, 46, cuentapropista. 

Ya se sabe. No sólo de política y propaganda vive el hombre. Y cuando se dificulta comer, vestirse, arreglar la casa o coger un ómnibus, determinadas noticias, que en el exterior pueden acaparar titulares, a los cubanos de a pie rara vez les interesa. 

“Es que uno está muy cujíao (escarmentado). Y le ronca que a estas alturas te digan que ‘ahora sí vamos a construir el socialismo’. Son ya 52 años de lo mismo con lo mismo”, expresa Mario, 65, jubilado.
También faltan libertades individuales. Internet no es para todos y si quieres viajar a otro país necesitas un permiso gubernamental. Realidades que pocos cubanos mencionan, a no ser que sean disidentes.
“A mí me importa un comino si Fidel sigue o no al frente del partido. Tampoco me conmueven sus arrepentimientos tardíos. Es que él y su hermano llevan demasiado tiempo equivocándose. Y todavía pretenden que uno siga aplaudiéndolos”, opina Alberto, 18, estudiante. 

Puede que las cosas estén a punto de cambiar en la isla. Pero si la población sólo lee y escucha promesas, y no ve hechos, seguirá incrédula.Tratando de resolver sus problemas y los de su familia. ¿Y los de la nación? Bien gracias. 

Al gobierno de los Castro le vendría bien un voto de confianza. Pero lo tiene difícil entre los ciudadanos de a pie. Donde lo tiene asegurado es en el más de un millón de militantes del partido y miembros de las fuerzas armadas y el ministerio del interior. 

Un poderío suficiente para llevar adelante las reformas económicas previstas. Se crean o no en ellas. 

Iván García
Foto: Jan Sochor.

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