EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO
Moratinos pide 'comprensión' a los disidentes trasladados a España
Sábado 17 de Julio de 2010
Agencias
El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, pidió hoy "comprensión" a los ex presos políticos cubanos llegados a España esta semana, ante sus quejas por la indefinición legal en la que están, y les garantizó que tendrán el "mejor estatus" sin que se cierre la posibilidad de que vuelvan a la Isla, informó EFE.
Moratinos hizo las declaraciones al término de la reunión informal de ministros de Exteriores de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), celebrada en Alma-Ata, Kazajstán.
Varios de los 11 disidentes que llegaron a Madrid esta semana con sus familias dijeron que se encuentran en un "limbo jurídico", que no se sienten "libres" para decidir su futuro, y se quejaron de que se les pretende imponer el estatus de inmigrante y distribuirlos por varias ciudades española.
Moratinos aseguró que viajaron de forma "voluntaria" a España después de ser excarcelados por el régimen, y que la intención es darles todas las facilidades posibles para que decidan dónde quieren quedarse.
Les recordó que acogerlos a ellos y a otros 9 excarcelados, que —dijo— llegarán el próximo martes a Madrid junto sus familiares, evidencia la "generosidad" del Ejecutivo y de los españoles.
"Pido un poco de comprensión, ya no pido gratitud, pero un poco de comprensión por parte de aquellos que han recibido el compromiso de este Gobierno y de toda la sociedad española de ayudarles en esta última etapa", dijo.
Según Moratinos, entre los excarcelados llegados esta semana, los que viajarán la semana próxima y sus familiares, serán 135 personas las que se trasladen a España.
De acuerdo con la lista que ha divulgado el Arzobispado de La Habana, los nueve disidentes a punto de viajar serían Arturo Pérez de Alejo, Jorge González Tanquero, Manuel Ubals, Alfredo Pulido, Blas Giraldo Reyes, Ricardo Enrique Silva, José Ubaldo Izquierdo, Jesús Mustafá Felipe y Antonio Díaz Sánchez.
"Todos ellos llegarán a España por deseo propio. Es importante decir que ellos mismos, voluntariamente, aceptaron y lo decidieron. Nadie venía a España contra su voluntad", remarcó el jefe de la diplomacia española.
Otros diez presos políticos habrían declinado la oferta de abandonar la Isla. El gobierno cubano —que se comprometió a excarcelar en un plazo de cuatro meses a los 52 miembros del Grupo de los 75 disidentes condenados en 2003 que permanecían en prisión— no ha dicho cuándo ni en qué condiciones saldrán de prisión.
Preguntado por si este grupo correría el riesgo de permanecer en la cárcel, Moratinos respondió: "Eso vamos a verlo. Los que vengan a España, desde luego que van a ser liberados. Ya veremos lo que ocurre con los que no quieren venir".
"Estamos en el proceso. Lo que nadie esperaba es que tuviéramos una aceleración de este proceso", añadió.
Esa respuesta arrojó dudas sobre declaraciones anteriores del ministro español, quien había asegurado que "todos los presos políticos" saldrían de la cárcel.
"Son libres de criticar al Gobierno español y su política"
El canciller consideró importante que los que han viajado a España estén en libertad, aunque sea fuera de Cuba. Afirmó que "el abanico de ayuda, colaboración, asistencia, derechos y garantías es plena", pero dijo que respeta sus protestas.
"Son libres de expresar sus posiciones políticas, de criticar al Gobierno y su política y de expresar su sentimiento. Todo lo comprendemos y lo aceptamos", declaró al afirmar que la opinión pública española tiene que comprender lo que ha hecho el Gobierno español.
"¿Se está mejor con presos políticos en la cárcel o sin presos políticos? ¿Se está mejor liberando presos políticos o no liberando presos?", preguntó.
En cuanto al estatus que tendrán los disidentes, Moratinos dijo que, si bien al principio el Gobierno español anunció que se les ofrecería la condición de inmigrantes, la intención es que se acojan a la figura de la "protección internacional asistida".
Según el canciller, esta figura, recogida en la Ley de Asilo aprobada el pasado año, es el "mejor elemento normativo de protección", porque les permite tener tarjeta de residencia y trabajo y participar en actividades políticas, ventajas de las que no disfrutarían si solicitan ser refugiados políticos.
También podrían regresar a Cuba cuando lo quisiesen, aunque con previa autorización del régimen castrista, "como hacen todos los cubanos que emigran de su país", dijo.
Ni La Habana ni Madrid han aclarado si esa "autorización" que tendrán que pedir los ex presos políticos trasladados a España es la "habilitación del pasaporte" que deben solicitar todos los emigrantes cubanos para visitar la Isla o si se trata de un permiso especial.
"Es la única limitación, pero no supone que no se lo otorguen (el permiso)", dijo Moratinos, y afirmó que en el caso de los familiares, no tendrían necesidad de contar con esta autorización y podrían entrar y salir de Cuba "cuantas veces quieran".
Los presos excarcelados dijeron esta semana que la solicitud de este permiso es "inaceptable", puesto que, si realmente son libres, no deberían tener problemas para volver a la Isla.
Moratinos subrayó, además, que los disidentes podrán trabajar y el Gobierno les seguirá prestando toda su atención para resolver sus problemas. "Estamos a su servicio", dijo.
No obstante, el ministro reiteró que "pueden hacer lo que consideren oportuno".
"Ellos son libres de hacer, de acompañar, de irse, de buscar otro país donde se les acoja mejor, no tenemos ninguna dificultad", indicó.
Preguntado sobre si se está molesto o desanimado por cómo los excarcelados han reaccionado a su acogida en España, afirmó: "No me siento decepcionado. Tengo plena satisfacción de haber contribuido junto a otros a la liberación de todos ellos. A partir de ahí, estoy muy satisfecho".
Moratinos dijo que tanto el Ejecutivo español como la Iglesia Católica cubana han facilitado las excarcelaciones. "Cada uno tiene su mérito y su compromiso, pero también el Gobierno español".
La llegada de los cubanos supone la operación más importante de acogida de refugiados en España desde la Guerra de Bosnia, a mediados de la década de los noventa, señaló el canciller español.
Luife Galeano
Podría estar escribiendo hasta agotar el tintero pero he preferido hacer un alto en el camino y repasar la prensa de estos días por ver si existe algún atisbo de esperanza en la lucha. Es probable que la situación se encone por el absurdo proceder de quienes se erigen en salvadores debido a que sus intenciones son muy distintas a las que exhiben encorbatados y arropados por los distintos foros en los que impera la soberbia socialista.
Cree con muy lamentable mal fario el gobierno español que la batalla cubana va a decantarse de su lado. El inefable Moratinos ya se ufana en los medios de comunicación diciendo que la Posición Común vive sus últimas horas y no deja de asombrarnos al retratarse con dictadores a los que sonríe y con los se fotografía para engordar ese expediente de ultraje a los Derechos Humanos que se empeña en fabricar a su alrededor.
No pasa un día sin que las tácticas de Exteriores dejen de atosigar a los presos políticos recién llegados. Tal parece que estuviesen en Cuba viviendo el constante tableteo del opresor. Ello es debido a que el gobierno español sabe muy bien que con haberlos traído hasta España no es suficiente. Ahora toca neutralizarlos y desactivarlos.
Para ello se están desplegando en varias líneas de actuación. Por una parte, es público y notorio que ya se escuchan comentarios insidiosos sobre las quejas de los deportados por el sitio en el que han sido acogidos. Dicen que el lugar no reúne las condiciones para recogerlos y se pasman los funcionarios de que cómo es posible que digan esas cosas si vivían en peores condiciones.
En primer lugar, los deportados no se han quejado sino que han puesto de manifiesto las estrecheces en las que viven teniendo que compartir el mismo baño, carecer de aire acondicionado en un verano de temperaturas extremas y compartir habitaciones carentes de unos mínimos de intimidad. En segundo lugar, no se les está dispensando el mismo trato —y esto lo digo yo, no los deportados— que se les ofreció a deportados anteriores que fueron alojados en lugares de mucho mayor nivel y condiciones. El hecho de que se comenten estas circunstancias no los convierte en desagradecidos sino que pone de manifiesto la forma tan rala y chapucera en que el gobierno español atiende a héroes que pusieron sus vidas al límite. Claro que, por mucho que se proteste, el gobierno español no va a cambiar. Ya dijeron que estos eran inmigrantes y sería absurdo alojarlos en residencias distintas de las que alojan a los ilegales que recogen en las playas todos los días como consecuencia de su nefasta ley de inmigración.
( De izquierda a derecha Pablo Pacheco Ávila y Omar Ruiz Hernández y sus familias; la esposa de Pablo Pacheco fue la doctora que opinó en otro post que las Damas de Blanco deben de desintegrarse; foto y comentario añadidos por este bloguista )
Por otra parte, son conscientes de que los Castro le han soltado una papa caliente porque no se trata de un preso aislado que se pueda manipular sino de, por el momento, ocho presos más sus familiares que, acostumbrados en Cuba a protestar, no van a callarles la boca así de fácil. Exteriores ya se ha puesto manos a la obra e intenta dispersarlos por todo el territorio nacional de manera que, al igual que en las cárceles cubanas, estos no puedan reunirse, hablar y crear la masa crítica necesaria para dar pie a una verdadera resistencia anticastrista organizada en la península.
Por último, el gobierno se esmera en considerarles un status especial en el que dispongan del permiso de residencia y el acceso al mercado de trabajo para que puedan desarrollarse en el país y, por tanto presumen que, aumentando el nivel de vida y llenando la barriga, estos deportados dejen de pensar tanto en su patria; es decir, sucumban al oropel y a la opulencia que tanto fascina a los socialistas Visa Oro que intentan gobernarnos.
No obstante, hay algo que se pone de manifiesto de una forma más fehaciente que en ocasiones anteriores. Estos presos han llegado fuertes y claros en sus manifestaciones. Ello llama la atención porque no se vislumbran tantas dudas como en otras ocasiones. Les he escuchado en varias intervenciones y me gusta lo que oigo. Reclaman su status de asilo político, piden que no se levante la Posición Común y expresan que van a seguir en la lucha activa.
No es que en anteriores ocasiones haya habido tibiezas, ni mucho menos, pero sí ha existido un mayor nivel de despiste achacable en un cien por cien a que otros presos políticos llegaban en peores condiciones de salud y en un número inferior. Incluso fueron más atosigados que estos y ello restó, por desgracia, impacto.
Además, ahora existe otro panorama. Un panorama repleto de días difíciles y momentos críticos que, entre todos, tendremos que resolver. Sin embargo, la oposición en el exilio está más unida que nunca, la gente está manifestándose con mayor fervor y, lo más importante, el noble pueblo español, los ciudadanos decentes de la Madre Patria, no sólo nos están apoyando sino que, incluso, han organizado actos en contra del régimen por su cuenta y nos han llamado a los cubanos a participar.
Ahora parece que con la ayuda de estos deportados se va a conseguir un nivel de crítica muy superior contra el régimen y sus colaboradores. Es nuestro deber ayudarles y unirnos a consolidar la verdadera Posición Común del Pueblo de Cuba. Decía Guillermo Gortázar —presidente de la Fundación Hispano Cubana— en una intervención suya no hace mucho tiempo que, si bien existía una Posición Común europea con respecto a Cuba, no existía una Posición Común española en la misma dirección y que ello le asombraba porque si alguien debía tener muy claro su posición debería ser España que, en definitiva, fue quien hizo suya y llevó su lengua y sus costumbres a la isla antes que a cualquier otro país de hispanoamérica.
Hoy se cumplen las condiciones para que podamos construir esa Posición Común con respecto a Cuba pero haciéndola mucho más rica porque no sólo van a estar los españoles o los cubanos sino que tiene que ser una posición común hispanocubana como corresponde y sienten tanto los cubanos que amamos la Democracia y la Libertad como los españoles decentes que, además, aman a Cuba. Tenemos a las personas pero, más allá de todo eso, tenemos a los héroes que acaban de llegar y a los que llegaron en anteriores hornadas para liderarnos y conseguir que los que aún luchan en Cuba tengan el prestigio y el reconocimiento mundial necesario para hacerlos inmunes a la represión e invencibles frente al castrocomunismo.
Podría estar escribiendo hasta agotar el tintero pero he preferido hacer un alto en el camino y repasar la prensa de estos días por ver si existe algún atisbo de esperanza en la lucha. Es probable que la situación se encone por el absurdo proceder de quienes se erigen en salvadores debido a que sus intenciones son muy distintas a las que exhiben encorbatados y arropados por los distintos foros en los que impera la soberbia socialista.
Cree con muy lamentable mal fario el gobierno español que la batalla cubana va a decantarse de su lado. El inefable Moratinos ya se ufana en los medios de comunicación diciendo que la Posición Común vive sus últimas horas y no deja de asombrarnos al retratarse con dictadores a los que sonríe y con los se fotografía para engordar ese expediente de ultraje a los Derechos Humanos que se empeña en fabricar a su alrededor.
No pasa un día sin que las tácticas de Exteriores dejen de atosigar a los presos políticos recién llegados. Tal parece que estuviesen en Cuba viviendo el constante tableteo del opresor. Ello es debido a que el gobierno español sabe muy bien que con haberlos traído hasta España no es suficiente. Ahora toca neutralizarlos y desactivarlos.
Para ello se están desplegando en varias líneas de actuación. Por una parte, es público y notorio que ya se escuchan comentarios insidiosos sobre las quejas de los deportados por el sitio en el que han sido acogidos. Dicen que el lugar no reúne las condiciones para recogerlos y se pasman los funcionarios de que cómo es posible que digan esas cosas si vivían en peores condiciones.
En primer lugar, los deportados no se han quejado sino que han puesto de manifiesto las estrecheces en las que viven teniendo que compartir el mismo baño, carecer de aire acondicionado en un verano de temperaturas extremas y compartir habitaciones carentes de unos mínimos de intimidad. En segundo lugar, no se les está dispensando el mismo trato —y esto lo digo yo, no los deportados— que se les ofreció a deportados anteriores que fueron alojados en lugares de mucho mayor nivel y condiciones. El hecho de que se comenten estas circunstancias no los convierte en desagradecidos sino que pone de manifiesto la forma tan rala y chapucera en que el gobierno español atiende a héroes que pusieron sus vidas al límite. Claro que, por mucho que se proteste, el gobierno español no va a cambiar. Ya dijeron que estos eran inmigrantes y sería absurdo alojarlos en residencias distintas de las que alojan a los ilegales que recogen en las playas todos los días como consecuencia de su nefasta ley de inmigración.
( De izquierda a derecha Pablo Pacheco Ávila y Omar Ruiz Hernández y sus familias; la esposa de Pablo Pacheco fue la doctora que opinó en otro post que las Damas de Blanco deben de desintegrarse; foto y comentario añadidos por este bloguista )
Por otra parte, son conscientes de que los Castro le han soltado una papa caliente porque no se trata de un preso aislado que se pueda manipular sino de, por el momento, ocho presos más sus familiares que, acostumbrados en Cuba a protestar, no van a callarles la boca así de fácil. Exteriores ya se ha puesto manos a la obra e intenta dispersarlos por todo el territorio nacional de manera que, al igual que en las cárceles cubanas, estos no puedan reunirse, hablar y crear la masa crítica necesaria para dar pie a una verdadera resistencia anticastrista organizada en la península.
Por último, el gobierno se esmera en considerarles un status especial en el que dispongan del permiso de residencia y el acceso al mercado de trabajo para que puedan desarrollarse en el país y, por tanto presumen que, aumentando el nivel de vida y llenando la barriga, estos deportados dejen de pensar tanto en su patria; es decir, sucumban al oropel y a la opulencia que tanto fascina a los socialistas Visa Oro que intentan gobernarnos.
No obstante, hay algo que se pone de manifiesto de una forma más fehaciente que en ocasiones anteriores. Estos presos han llegado fuertes y claros en sus manifestaciones. Ello llama la atención porque no se vislumbran tantas dudas como en otras ocasiones. Les he escuchado en varias intervenciones y me gusta lo que oigo. Reclaman su status de asilo político, piden que no se levante la Posición Común y expresan que van a seguir en la lucha activa.
No es que en anteriores ocasiones haya habido tibiezas, ni mucho menos, pero sí ha existido un mayor nivel de despiste achacable en un cien por cien a que otros presos políticos llegaban en peores condiciones de salud y en un número inferior. Incluso fueron más atosigados que estos y ello restó, por desgracia, impacto.
Además, ahora existe otro panorama. Un panorama repleto de días difíciles y momentos críticos que, entre todos, tendremos que resolver. Sin embargo, la oposición en el exilio está más unida que nunca, la gente está manifestándose con mayor fervor y, lo más importante, el noble pueblo español, los ciudadanos decentes de la Madre Patria, no sólo nos están apoyando sino que, incluso, han organizado actos en contra del régimen por su cuenta y nos han llamado a los cubanos a participar.
Ahora parece que con la ayuda de estos deportados se va a conseguir un nivel de crítica muy superior contra el régimen y sus colaboradores. Es nuestro deber ayudarles y unirnos a consolidar la verdadera Posición Común del Pueblo de Cuba. Decía Guillermo Gortázar —presidente de la Fundación Hispano Cubana— en una intervención suya no hace mucho tiempo que, si bien existía una Posición Común europea con respecto a Cuba, no existía una Posición Común española en la misma dirección y que ello le asombraba porque si alguien debía tener muy claro su posición debería ser España que, en definitiva, fue quien hizo suya y llevó su lengua y sus costumbres a la isla antes que a cualquier otro país de hispanoamérica.
Hoy se cumplen las condiciones para que podamos construir esa Posición Común con respecto a Cuba pero haciéndola mucho más rica porque no sólo van a estar los españoles o los cubanos sino que tiene que ser una posición común hispanocubana como corresponde y sienten tanto los cubanos que amamos la Democracia y la Libertad como los españoles decentes que, además, aman a Cuba. Tenemos a las personas pero, más allá de todo eso, tenemos a los héroes que acaban de llegar y a los que llegaron en anteriores hornadas para liderarnos y conseguir que los que aún luchan en Cuba tengan el prestigio y el reconocimiento mundial necesario para hacerlos inmunes a la represión e invencibles frente al castrocomunismo.
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