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viernes, 30 de julio de 2010

CUBA: LA GRAN CONCLUSION

EL MOVIMIENTO BLOGGER, ESTA LLAMADO A SER EL CATALIZADOR MORAL DE LOS GOBIERNOS, ANTE LOS OJOS DEL MUNDO

Caso Cuba: LA GRAN CONCLUSION

 El conflicto cubano no es entre quienes quieren preservar el socialismo y quienes quieren regresar al capitalismo, sino entre quienes quieren conservar el actual capitalismo autoritario de Estado y quienes quieren democratizarlo”.

Acentos

Eliseo Alberto


Algo está pasando en la pequeña isla de Cuba. El presidente Raúl Castro se queda mudo en una tribuna de Villa Clara. Fidel promete asistir al acto central por el aniversario del Asalto al Cuartel Moncada. No va. Hugo Chávez juró que iría, sin falta. Tampoco cumplió. El Comandante prefiere organizar un festín paralelo y se reúne con artistas del patio en su viejo Palacio habanero. Dos convites. Dos convocatorias. ¿Dos presidentes? Ni allá ni acá se habló de los presos políticos recién liberados y desterrados a España. ¿Por qué no se publica aún la noticia en el periódico oficial del Partido Comunista, si buena parte del mundo la ha aplaudido con cándido fervor? ¿Quién gana con tanta intriga?

No entiendo nada. En atención a mis lectores mexicanos, reproduzco juicios de destacados intelectuales y académicos cubanos: quizá a coro entendamos algo.

El historiador Rafael Rojas, por ejemplo, escribió dos meses antes de la sorpresiva excarcelación: “¿Qué desean los enemigos? ¿Restaurar el capitalismo? El capitalismo ya se restauró en Cuba, sólo que la única empresa autorizada para explotar el trabajo asalariado, extraer plusvalía y compartir ganancias con sus socios del capital extranjero es el Estado (…) El conflicto cubano no es entre quienes quieren preservar el socialismo y quienes quieren regresar al capitalismo, sino entre quienes quieren conservar el actual capitalismo autoritario de Estado y quienes quieren democratizarlo”.

El profesor Haroldo Dilla dijo desde República Dominicana: “Tiempos difíciles en los que la figura de Fidel Castro explicando cómo se puede arreglar el mundo parece cada vez más una caricatura jocosa de la vida. Ojala así sea, como decía el viejo Marx, que el retorno sea solamente comedia. Porque si no lo es, y si por una de esas razones que desconocemos Fidel Castro logra imponer su voluntad, no habrá en la Isla ni dónde esconderse ni para dónde huir. Y aunque confieso que para nada me gusta Raúl Castro, ni su clan familiar, ni sus guardias-haciéndose-burguesía, prefiero que se sigan moviendo fichas”.

El periodista Reinaldo Escobar opina desde La Habana: “Una de las preguntas que he respondido con mayor frecuencia a extranjeros interesados en Cuba es por qué la gente no hace nada por cambiar el sistema. Me parece injusta e incorrecta la formulación, ya que son muchos los que con enorme riesgo asumen posiciones en el vasto espectro de la oposición interna”. Pero Reinaldo devuelve la pregunta a “aquellos que quisieran que las cosas cambiaran pero se mantienen inertes, esperando a la buena de Dios”. Y, entre muchos argumentos, cita estos dos motivos del cordero: 1. “Yo no creo en nadie. A ver quién me asegura que tú no seas de la Seguridad. 2. “Sí, yo sí estoy dispuesto a cualquier cosa, pero no voy a ser el primero”.

El poeta y novelista Félix Luis Viera apunta desde México: “Mientras, este 26 de julio será celebrado con la participación de millones de disidentes hombres, mujeres, niños, jóvenes y viejos que se hallan entrampados en la doble moral ineludible (…) Así, quedará hecha polvo la pantomima ejecutada recientemente por el canciller español Miguel Ángel Moratinos, la Iglesia católica cubana y la dictadura: hasta la liberación de los presos llegamos, ahora suma y sigue, se acabó la limosna. De todo corazón, ojalá me equivoque”.

El narrador Norberto Fuentes comentó en Miami: “Ciertamente, no estamos ante ninguna jugada novedosa del gobierno cubano. Para ellos, liberar presos es un oficio. Tienen ahí el almacén de rehenes, y de pronto llega un senador o un reverendo, y la ofrenda es un reo. O dos. O tres. O un pelotón. (…) Fidel siempre utilizó instituciones extranjeras. Nunca se atrevió con nadie del patio y mucho menos la Iglesia católica. Tiene su sentido (…). La iglesia es una institución que al final te traiciona”.

El doctor Juan Antonio Blanco, experto en temas de negociación y mediación de conflictos, lo ve así desde Canadá: “El interés estratégico del gobierno es permanecer en el poder. Así lo entiende hasta ahora, aunque podría redefinirlo en el futuro. (…) Ahora hay indicios de que, sin cambiar todavía su actual definición de lo que constituye su interés estratégico (mantenerse en el poder), puede que estén reconsiderando si, en las actuales circunstancias, la línea dura e intolerante es la que mejor servicio les presta”.

El poeta Raúl Rivero cayó preso en la misma redada que muchos de los que hoy excarcela Raúl o Fidel o Fidel y Raúl, luego de siete años de tormento: “Nada puede desviar los rafagazos de felicidad que van y vienen entre los presos políticos llegados a España en vuelos directos desde las celdas de las prisiones a los salones refrigerados del aeropuerto internacional de Barajas. Nada. Ni siquiera ese procedimiento de destierro en estado de emergencia que los sacó de la pesadilla de siete años”.

Sí: algo está pasando en la isla. La pregunta es qué.

Mejor: ¿para qué?

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