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EL BARBARISMO EN LAS CÁRCELES, DE SIGLOS PASADOS, NO QUEDÓ EN LA HISTORIA PORQUE SE NOS PRESENTA HOY CON NUEVOS ROSTROS
Por Adrián Álvarez Arencibia
http://www.payolibre.addr.com/PRESO-%20Adrian%20Alvarez%20Arencibia.htm
La construcción masiva de prisiones, en Cuba, desde las primeras décadas de la Revolución, no podemos valorarlas, de hecho, como un programa progresista que sustituyera un antiguo sistema arquitectónico de prisiones por uno mas civilizado y materno; la construcción de nuevas prisiones respondía a un solo objetivo: preparar la Isla y convertirla en un campo de concentración preludiando las sucesivas olas represivas por las que atraviesa un pueblo víctima de las utopías, el engaño y las mentiras de un sistema social retrógrado y militarista que en el periodo 1961-1970, por solo citar, malgastó más de 2315 millones de dólares en su maquinaria bélica convirtiéndose así en el tercer país más poderoso militarmente de Latinoamérica. ¿Qué es la construcción masiva de prisiones paralelamente a los gastos militares excesivos? No existe otra respuesta: "nuevos rostros de barbarismo" para las cárceles y prisiones modernas destinadas a un pueblo reprimido, además, militarmente. Nunca antes, en la historia penal cubana, se dispararon los gráficos delictivos en un índice tan aterrador como ha sucedido desde la instauración de la tiranía de Castro en 1959. La población penal es asombrosa, las cárceles permanecen abarrotadas, los delitos no se erradican y el código penal se renueva constantemente porque a diario nacen nuevas tipicidades de delitos. Mientras tanto el gobierno y las autoridades arremeten contra un fantasma inexistente: el delito y en su furia por prevenirlo descargan todo sus excesivos recursos policiales contra un pueblo que si existe y es real; es el que vive en las prisiones; es el que vive reconcentrado en pueblos y ciudades, como en tiempos de Valeriano Weyler, bajo estricta vigilancia, represión y obligatoriedades sociales que cumplen bajo amenazas y con voluntariedad fingida. ¿Es la tiranía inocente de los delitos que comete el pueblo? ¿Es el pueblo culpable de los delitos que comete? ¿Son los delitos, los delincuentes y criminales algo meramente aislados del pueblo? ¿Si es así, por qué tanta delincuencia, tanto crimen y tantas prisiones construidas y otras nuevas más sofisticadas, ultramodernas y tecnificadas por construir? ¿Es culpable el supuesto bloqueo al que tanto alude el señor Castro? Tengo la clara convicción de que el fanatismo antidemocrático de la tiranía no está exento de culpa en todo este fenómeno del nuevo rostro de barbarismo en las cárceles y prisiones de Cuba.
El confinamiento para el que estaba destinado el Presidio Modelo, de Isla de Pinos, no difiere ni se desprende del propósito para el que están destinadas todas y cada una de las cárceles y prisiones construidas, como ya dije, masivamente por la tiranía de Castro. Si bien aquella era un martirio y una crueldad para las familias de los presos, confinados, que hacían grandes esfuerzos en tan complicada travesía para llegar a Isla de Pinos, desde los diferentes puntos de Cuba, éstas actuales tienen el mismo espíritu y alma, el confinamiento. El malestar que se les causó a aquellas familias, con el Presidio Modelo, no se remedió con la construcción, relativamente, al centro de la Isla de una prisión como la llamada: "Prisión Especial la 26" a la que estamos destinados presos de todas las provincias del país para ser ultrajados y maltratados física, síquica, moral y espiritualmente; el malestar que le causan a nuestras familias no se limita a dicha prisión, inaugurada por emergencia en 1991 e ideada, planeada, diseñada y edificada finalmente para el confinamiento como otrora lo fue el Presidio Modelo, sino que se extiende a todas por igual. En las prisiones de la región oriental hubo y hay presos del Centro y Occidente del país; en las prisiones del Centro hubo y hay presos del Oriente y Occidente; en las prisiones del Occidente hubo y hay presos del Centro y del Oriente del país. Este estado de confinamiento al preso trae consigo el maltrato permanente y una carga insoportable sobre nuestras familias que viajan de un extremo a otro del país sin disponer de medios de transporte alguno que haga más asequibles, para todos, prisiones edificadas en recónditos lugares. Cuando Howard, en su civilizadora obra, propuso que se edificaran prisiones fuera de ciudades tenía en su idea un marcado humanismo: que se le brindara salud e higiene al condenado. El ideal de Howard fue utilizado por tiranías y dictaduras como la de Machado, Batista y Fidel para desafiar a los Derechos Humanos en flagrante violación de los derechos civiles del pueblo; de los derechos del condenado. Fidel Castro, hombre misantrópico, que con sus errores históricos intencionados entorpece la memoria y la filantropía de eminentes hombres como Bentham, Beccaria y Pastoret, que juntos a Howard lograron hacer que los gobiernos mejoraran sus sistemas carcelarios y la suerte del condenado, no ha podido demostrar que sus prisiones son las mejores del mundo porque para ellos tendría que enfrentar el compromiso histórico de permitir que se haga el relato de ellas para el mundo que hasta hoy permanece en expectativas. Es oportuno entonces denominar el realismo actual del confinamiento que nos impone la tiranía comunista a los condenados y la reconcentración de nuestras familias y del pueblo, en general, como un "Nuevo Rostro de Barbarismo" en el sistema carcelario cubano.
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