LOS 5 HEROES V/S DAMAS DE BLANCO
DE BOITEL A SAHAROV.
Hechos y Realidades tomadas del libro
“Enterrados Vivos”
¿Siempre los mismos?
Prisionero de Conciencia .
Grupo de los 75,
Esposo de Laura (Dama de Blanco)
Agradecemos a la organización 'Plantados Hasta la Libertad de Cuba', y a su presidente Ángel de Fana,por entregar a 'Solidaridad Española con Cuba' la versión editada de 'Enterrados Vivos II' para su divulgación.
Este mundo cerrado, misterioso, desconocido por muchos fuera de estas instalaciones, pero también por quienes aun estando en él, jamás se han “movido” dentro de las cárceles; es regido, fundamentalmente, por los instintos de los perversos más violentos, intolerantes y pobres de espíritu. Claro que los instintos se enfrentan en lucha a muerte con sus oponentes, también internados, pero poseedores de inteligencia y sentido común, permanentemente renovados con la sabiduría acumulada por los años vividos, la maduración responsable y la racional y bien empleada tolerancia humana.Es ésta una de las pocas, pero casi imbatibles fórmulas que disponemos los que no pertenecemos a este universo que nos permiten coexistir en su interior. Este mecanismo, bien empleado, nos capacita para comprender que los hombres son, al mismo tiempo nobles y viles, reales y falsos, bondadosos y crueles, altruistas y egoístas, ambiciosos y desprendidos, pacíficos y violentos. De ahí que su proyección social instantánea se muestre ambivalente. Que sea la buena o mala en cada caso, dependerá del instante, oportunidad y circunstancias ambientales y psicológicas que les rodee, el trato que se les dispense, el respeto a sus aspiraciones y los posibles sentimientos que podamos despertar en ellos
de apoyo y solidaridad.
Hechas estas reflexiones en sentido general, permítaseme exponer las experiencias sobresalientes que –sin excepción– debí enfrentar en sin igual desafío, en los instantes en que se cruzaron en mi camino.
Los vínculos forzados que debí establecer con el 1er Tte. De la Seguridad del Estado (DSE) o policía política del gobierno cubano Vladimir Méndez Masjuán, oficial asignado para controlarme, al principio disfrutaron de un trato formal pero de respeto mutuo, así lo señalé en capítulos anteriores (VII, TomoI), cuando expuse mis vivencias en el centro de internamiento “La Alambrada”, municipio Manacas, provincia de Villa Clara.
Con el tiempo pude conocer algunos rasgos característicos que socarronamente ocultaba: su poca inteligencia, falta de tacto y profesionalidad, la total intolerancia, la ausencia de paciencia. Su violencia reprimida, pero que al molestarse surge con la misma fuerza de las olas al golpear brusca y constantemente sobre el arrecife costero. El egocentrismo exagerado, como posible reflejo –quizás– del esfuerzo que realiza para ocultar los puntos débiles de su personalidad (falta de decisión; ausencia de carácter definido, nervioso) que lo llevan a no ser justo, franco y leal en sus análisis y actitudes con amigos y enemigos.
En las discusiones este oficial utiliza cualquier recurso indecoroso si es a su favor por grotesco y cruel que sea escucha razonamientos ajenos que se aparten de sus ideas preconcebidas que, por regla general, provocan imprecisiones y obnubilan las mejores conclusiones. Su torpeza le impide sostener cambios de impresiones que exijan un mínimo de racionalidad; sean prolongados sobre temas profundos o requieran el empleo a fondo de su especialidad o conocimientos generales.
En resumen, los mecanismos y reacciones psicológicas de Vladimir considero – con abierta sinceridad - no sólo deben acarrearle grandes y serios problemas de comunicación con los reclusos, a los cuales debe obligadamente tratar, sino con sus propios colegas de trabajo. Su vida familiar y profesional debe marchar en medio de un tormentoso océano de continuos fracasos con apenas unos pocos islotes de origen volcánico (que amenazan con desaparecer tras una violenta erupción), de satisfacciones en su incierta e insegura travesía.
Nuestras primeras escaramuzas comenzaron desde que yo fui trasladado a “La Pendiente”, institución penitenciaria radicada en la ciudad de Santa Clara. Conducía nuestros encuentros por senderos de francos interrogatorios policiales, mostraba poco interés en mis problemas personales como recluso. Semejante enfoque que Masjuán le daba a nuestras frecuentes entrevistas, me molestaban y me inhibía en nuestras “conversaciones”.
Sin preámbulos y con muy poco tacto se lanzaba directamente a la obtención de información de inteligencia, sin inteligencia personal. Parecía un androide cuya rigurosa programación le impedía apartarse del guión original. La actitud que asumía me irritaba en extremo, hecho que me obligaba a derivar la conversación y mis respuestas hacia aspecto intrascendentes o tocaba temas que eran del dominio absoluto de los instructores policiales que operaban en el cuartel general del DSE en Villa Marista, reparto Sevillano, municipio
habanero 10 de Octubre.En realidad, a él yo lo veía como el toro en medio del espectáculo en la plaza. De modo que yo debía asumir el papel de torero para que la demostración complaciese al público (léase su superioridad). En ocasiones, Méndez Masjuán se daba cuenta que el empleo de esos métodos conmigo no le ofrecían beneficio alguno, pero carente de los necesarios recursos intelectuales para revertir su fracaso en éxito parcial, solamente atinaba recurrir a su fuerte: alterarse, mirar a su oponente como si lanzara contra mí mortíferos rayos láser. Tensaba sus músculos y recogía sus extremidades inferiores como resortes para luego saltar felinamente
– con garras y colmillos – sobre su presa y despedazarla.
Lo cierto es que la estrategia empleada por mí con Vladimir tenía un objetivo: eliminarlo de mi vida. Sin duda, mi plan marchaba sobre ruedas. Sin embargo, debí modificar mi conducta en la primera oportunidad que me habló de “Las Damas de Blanco” (LDB) y mi esposa Laura – miembro de esa institución –, así como por las
demostraciones públicas que ellas realizan a favor de la inmediata e incondicional excarcelación de todos los prisioneros en cárceles cubanas por causa política y/o de conciencia que se consumían lenta e inexorablemente en las ergástulas caribeñas. A mi esposa este oficial del DSE le atribuía el papel de líder de ese grupo, limitado en número pero muy activo en funciones.
En honor a la verdad debo confirmar que en un principio LDB iban a la iglesia Santa Rita, ubicada en el reparto Miramar (municipio Playa), asistían al oficio religioso (misa y homilía) dominical y se limitaban – como religiosas – a rogarle al Creador pusiese fin a nuestro injusto cautiverio y fuésemos devueltos al seno familiar.
Poco a poco reorganizaron y radicalizaron sus exigencias. Realizaban declaraciones públicas a los medios extranjeros de divulgación masiva acreditados en Cuba o elextranjero de la prensa escrita, radial, televisiva y por Internet. Visitas programadas a funcionarios diplomáticos foráneos acreditados en nuestra nación, demostraciones y desfiles públicos con mensajes escritos o hablados para exponerles los fines y objetivos de su lucha cívica y pacífica, sin abrazar colores políticos, ni posiciones de franca confrontación con grupos policiales y paramilitares organizados y dirigidos por operativos del DSE para reprimirlas. Emitiendo elementos oficiales de su organización dirigidas a Jefes y ex Jefes de Estado y Gobierno, representantes de organizaciones no gubernamentales especializadas en el monitoreo de las violaciones de los Derechos Civiles y Políticos, y personalidades destacadas en las disciplinas más importantes del saber humano.
De modo que organizaron desfiles por lugares céntricos de la capital. En cada ocasión estas protestas públicas eran y son integradas entre 15 y 60 mujeres. En ocasiones eran apoyadas por prisioneros de conciencia recién liberados que obtuvieron la libertad (condicional) extra penal por padecimientos de diversas enfermedades adquiridas o agravadas en las prisiones. Por supuesto que a estos hermanos de lucha LDB no les permitían participar en los actos públicos en evitación de posibles acciones represivas gubernamentales.
En julio/2003 sostengo un desagradable encuentro con Vladimir. Esta sería la primera confrontación directa entre Masjuán y yo. Presente en esa ocasión se encontraba otro oficial del DSE cuyo nombre ignoro, aunque más tarde supe controlaba en las cárceles de la provincia los casos por delitos de tráfico y tenencia ilegal de drogas1. Su planteamiento fue directo y como se verá a continuación sin ningún contenido justo. Su divisa fue defender las órdenes que traía e imponerlas a cualquier precio y por encima de la razón —Maseda –enfatizó lentamente, muy solemne y convertido en el juez, que impondrá una sanción–, su esposa, en unión de otras señoras, realiza desfiles masivos por lugares públicos de la capital, hacen declaraciones a la prensa extranjera en oposición al gobierno y eso nosotros (el DSE) no lo podemos permitir.
—Disculpe Masjuán –respondí– usted está mal informado.
Es cierto que van a una Iglesia Católica y participan de las misas dominicales. Es verdad se reúnen varias decenas de esposas, madres, hijas u otros familiares de los presos políticos y de conciencia sometidos a injusta prisión por vuestro gobierno y ellas piden por su excarcelación. Es real que representantes de la prensa extranjera les piden declaraciones y las ofrecen con mesura diplomática y sin esgrimir ofensas contra nadie. No es cierto que porten carteles o telas con frases y consignas contrarias a las autoridades de nuestro archipiélago. Ellas ejercen su derecho a exigir justicia por sus parientes como lo hacen los familiares de los que ustedes llaman “cinco héroes” a vulgares espías cubanos que fueron capaces –según las pruebas presentadas y hechas públicas por Internet– de conspirar para cometer asesinato. ¿Por qué el Estado Cubano no les exigen similar comportamiento a ellos, al que reclaman a los nuestros? ¿Es válida la conducta del doble rasero? El Estado Cubano financia campañas en varios países favorable a los cinco, publicitarias, contando con cierta masividad y cargada de propaganda por su liberación. Crea comités de apoyo y solidaridad en naciones pertenecientes a los cinco continentes, incluso en los propios EE.UU. y ese gobierno se lo permite.
Ustedes cubren viajes, gastos personales, sueldo a los letrados que los defienden y a sus respectivos parientes (…).
—¡Pero Maseda –exclamó interrumpiéndome– ambos casos no son iguales! Ellos luchan contra los grupos terroristas creados por las organizaciones de exiliados cubanos ultraderechistas radicados en Miami. Por eso (…).
—Por supuesto –le repliqué e interrumpí a mi vez– nuestros casos son diferentes. Ellos son conspiradores y criminales.
Oficiales de la inteligencia cubana sorprendidos en flagrantes actos de espionaje en territorio norteamericano y con pruebas de haber suministrado datos de los vuelos, día, hora, misión, rumbo aproximado que tomarían (…) tres avionetas civiles y desarmadas, quienes eran sus ocupantes: tres de ellos ciudadanos norteamericanos aunque de origen cubano. Gracias a las informaciones brindadas por estos espías, digo “héroes”, fueron derribadas dos de ellas, muertos sus cuatro ocupantes.
Según se afirma el ataque se produjo en aguas internacionales por aviones de combate cubanos y armados con cohetes aire-aire. Por esta acción y otras más (crear una red de inteligencia con más de ochenta miembros, codificada como “Red Avispa” de la cual los “cinco héroes” eran los cinco oficiales de la dirección de
inteligencia militar que la dirigían). Por ese motivo se acusó a tres de los cinco de conspiradores para cometer asesinato. De la misma manera, los familiares de las cuatro víctimas reclamaron indemnizaciones millonarias a
nuestras autoridades por intermedio de tribunales y oficinas norteamericanas especializadas.
“Alrededor de estos hechos criminales se produjo un evento, Masjuán, digno de tenerse en cuenta, que si la memoria no me falla, ocurre por primera vez en la historia: sorprendentemente la administración Castro, por intermedio de su máximo líder, Dr. Fidel Castro Ruz, reconoció pública y reiteradamente que estos espías
trabajaban para sus servicios de inteligencia en territorio de los EE.UU. No cabe dudas es una admisión insólita por la enorme torpeza que semejante declaración lleva aparejada.
“Pero hay algo mucho más importante que debo referir respecto a sus mal llamados “cinco héroes”. Al poco tiempo de ser éstos encarcelados o paralelamente y antes de que se les celebrara juicio, un militar de respetable graduación que laboraba en el Pentágono2, una ciudadana estadounidense y puertorriqueña de origen, que precisamente atendía –cuando fue detenida, instruida y procesada– como especialista en ese organismo estratégico, los asuntos que se refieren a Cuba.
Esta señora de apellido Montes o Flores, al ser apresada en su hogar, en su computadora personal le encontraron –según varios artículos y reportajes aparecidos en Internet cuyos autores cubrieron las investigaciones vinculadas a esta militar– documentos y tecnología de inteligencia que prueban sus vínculos con la Dirección General de Inteligencia (DGI) cubana y hasta se llegó a señalar le fueron ocupados códigos
y otras técnicas secretas que la relacionan con la red dirigida por Gerardo, Ramón, René, Antonio y Fernando, cuyos miembros operaban en varios Estados de la Unión. “Los informes oficiales de esta militar, diversionistas en esencia –como los calificó la fiscalía durante el juicio que se le siguió– hicieron que varios generales y otros altos militares que laboran en el Ministerio de Defensa de los E.U.A., en su oportunidad declararon que: “Cuba no constituía un peligro para la seguridad de los EE.UU.”, cuando en realidad espías pagados o enrolados en la aventura o por ciertas convicciones ideológicas –como esta especialista militar alteraban o excluían datos en reportes confidenciales en las mismísimas entrañas del principal órgano militar que responde por la seguridad e integridad territorial y la economía de los Estados Unidos de Norteamérica.
“La mayoría de estos detalles fueron publicados por todos los medios internacionales de prensa que abrazan el espectro de tendencias políticas diferentes. Lo dicho hasta aquí se conoció por las propias declaraciones de la uniformada espía, quien aceptó un “convenio o arreglo” con los representantes de la acusación (Secretaría de Justicia), al conocer la interesada que enfrentaba un proceso judicial por el
delito de alta traición al revelar al enemigo documentos e informes secretos que implicaban una condena a muerte de resultar culpable. La acusada prefirió declarar todo lo que sabía y obtener a su favor una sanción más benévola así como el derecho a que sus declaraciones no fuesen utilizadas en su contra. A partir de su testimonio casi una veintena de implicados en la “red avispa” fueron detenidos por operativos del FBI (Buró Federal de Investigaciones de los EE.UU.), interrogados y algunos de ellos sancionados a penas menores. El resto fue puesto en libertad. La mayoría –según las fuentes antes señaladas– colaboraron con las autoridades norteamericanas en el esclarecimiento de los hechos aquí referidos que terminaron de hundir a sus flamantes “cinco héroes”.
“Si me extendí al tratar este tema fue para que usted, Masjuán, comprenda que yo también coincido con usted en que nuestro caso y el de los “cinco espías” no son iguales.
Elementos suficientes le he brindado para que conozca la realidad del proceso seguido contra estas personas, que en nada se parece al nuestro, “los 75 prisioneros de la Primavera Negra”.
Nosotros luchamos con nuestras voces, artículos, declaraciones oficiales y otros medios lícitos y pacíficos para combatir a una tiranía que mal gobierna Cuba. Ellos (los 5 héroes) conspiraron para cometer asesinato, crear una enorme red de espionaje y no sólo se infiltraron en las filas del exilio cubano, sino también en los órganos de seguridad y defensa nacional norteamericanos”.
Me pareció increíble, pero a pesar de mi intrusa intervención no fui interrumpido en mi disertación por los dos oficiales del DSE ni una sola vez. El tema les interesó y lo desconocían. Es posible que Masjuán pensara que con esta información que yo les brindaba le granjearía el respeto de sus superiores cuando rindiera su informe. ¡Infeliz! No se imaginó que la misma era dominada de la “A” a la “Z” por las altas esferas de la dirección política cubana. Él era simplemente un peón para ellos y no tenía por qué conocerla.
La segunda discusión violenta ocurrió en agosto/2003 con el oficial Méndez Masjuán. El lugar escogido por este funcionario del DSE sería la oficina del puesto médico del penal “La Pendiente”. Presente estaba también un colega suyo, el joven oficial Yaikel. Apenas y a poco de saludarnos me dijo en tono grave aunque soportable: —Maseda, debo compartir con usted la responsabilidad de algo que está sucediendo en La Habana. Su esposa no se conforma con ir a misa y desfilar en compañía de otras mujeres.
Ahora se visten de blanco, exhiben retratos con la imagen del familiar cautivo y prendedores metálicos que se colocan sobre el cuerpo en lugares visibles con similares figuras; marchan cientos de metros para llamar la atención por el corredor-jardín que divide las dos vías de tránsito en la Quinta Avenida de Miramar. Hacen declaraciones públicas a la prensa extranjera y otros actos de desorden público. La calle es para los revolucionarios. No para hacer demostraciones contrarrevolucionarias.
Se lo digo para que hable con ella. Indiscutiblemente es la promotora. Muchas de las participantes se reúnen en la casa de ustedes y de allí salen hacia la iglesia. Esto ocurre todos los domingos por la mañana. Si lo alerto es por que temo se produzca alguna reacción del pueblo, hayan choques de cierta violencia y resulten heridas. Luego no se queje. Yo le aconsejaría que hablara con ella para que desista. Le insisto.
Ella puede individualmente luchar por su libertad, pero nuestro gobierno no permitirá lo que está pasando”.
—¿Cómo van a proceder ustedes? ¿Las detendrán? ¿Bajo qué cargo? ¿Piensan agredirlas? ¿Les iniciarán causa? Así que ustedes como gobierno tienen derecho para apoyar a los familiares de los que titulan héroes y ellas no pueden hacer nada.
Ustedes sí y ellas no. Ni siquiera una pequeña fracción de lo que hacen ustedes. ¡Qué intolerantes son ideológicamente! Y después no quieren que este gobierno sea considerado internacionalmente de tiránico y despótico en extremo! Es precisamente así como se comportan los regímenes antidemocráticos, cerrados, que ejercen el control social por medio del terror absoluto, el Terrorismo de Estado.
“A mí, Vladimir, no me venga con amenazas. Ni mi esposa, las demás mujeres ni yo somos susceptibles a sus intentos de chantaje. Si usted, la policía política en La Habana o su gobierno toman cualquier tipo de medidas represivas contra ellas lo van a lamentar por el resto de sus vidas. Ustedes mismos serán culpables de que en Cuba surjan explosiones sociales.
Aisladas primero. Generalizadas e imparables después. Van a obligar a que se organicen movimientos como “Las abuelas de la Plaza de Mayo” u otras como las surgidas en las décadas de los años sesenta y setenta durante los gobiernos ultraderechistas militares en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, por sólo mencionar a los más sanguinarios.
“Personalmente me encargaré de que el mundo civilizado conozca el contenido de esta conversación, de lo que realmente ocurre en este país y se pare desafiantemente ante la ignominia, es decir, frente a ustedes. ¡Pruebe fuerzas y se desatará una tormenta de consecuencias impredecibles! La disidencia política interna no tiene nada que perder y mucho que ganar! Lo contrario a ustedes. ¡Ya usted me avisó! Yo también le estoy enviando un mensaje a los que representa usted. Masjuán, ¡haga lo que considere, que yo también sé como proceder!”.
—No me entendió –replicó Vladimir–. El gobierno y nosotros no haremos nada, pero pueden ocurrir situaciones no deseadas como ya le expliqué (…).
—Sí ya me lo dijo –lo interrumpí–. No me lo repita. Pero sepa usted que cualquier acción aparentemente del “pueblo enardecido”, militares de civil o grupos paramilitares dirigidos, organizados y atizados por la malevolencia de su gobierno lo haré responsable y en consecuencia actuaré.
A continuación y al borde de abandonar la postura racional y conciliadora que tuve hasta esos momentos, acoté:
—Por favor, si no tiene nada importante que decirme permítame retirarme. Esta conversación para mí no tiene razón de ser. Debo responder varias cartas a congresistas franceses y norteamericanos.
Accedió. Yo salí sin demostrar la preocupación que me atormentaba. Lo de las cartas, aunque pudo parecerle a este oficial un alarde mío en un intento para frenarlo, era cierto.
Debía hacerle unas líneas a un diputado francés, Excmo. Sr. Hervé Novelli, congresista por la región de Chinon, Francia; y al Excmo. Sr. Donald Mansuyo, congresista federal por el Estado de Illinois, USA. Además, me habían informado epistolarmente que a partir de la fecha de sus respectivas cartas serían mis padrinos políticos.
Los primeros meses de mi cautiverio no tuve derecho a realizar llamadas telefónicas mensuales. Después comencé a ir una vez al mes, los días finales, no por derecho, como me señaló el Cap. Aníbal, director de “La Pendiente” por ese entonces, sino por “consideraciones humanitarias”. Ya para febrero /2004,
Felipe Pérez Roque, Ministro del MINREX cubano en esa época, hizo declaraciones respecto a los “75 prisioneros de la Primavera Negra”, como se conoce a la selección realizada por el régimen cubano a nivel nacional para neutralizar a ese número de personas conocidas como opositores políticos pacíficos, dirigentes sindicales y presidentes o directivos organizaciones no oficialistas pertenecientes a la sociedad civil emergente de la nación. En aquella oportunidad, Roque precisó que teníamos entre otros derechos, el de realizar llamadas telefónicas en el mes por cien (100) minutos (que los redistribuyeron a 25 minutos semanales) y a recibir diariamente la prensa nacional.
A partir de ese momento y hasta mi segunda entrevista –discusión en “La Pendiente” con Vladimir– se me fijaron los martes por las mañanas las comunicaciones telefónicas familiares.
A partir de agosto/2004, el DSE me las cambió para los domingos a las 10.00 a.m. El objetivo: que mi esposa no asistiera al oficio religioso dominical en horas de la mañana y no realizara las caminatas, junto a las demás Damas de Blanco reclamando la liberación de los presos políticos y de conciencia cubanos; o de hecho nos castigarían impidiendo nuestras conferencias telefónicas. Mi compañera y yo decidimos eran más importantes las demostraciones y protestas públicas de LDB que nuestras llamadas personales. Ella estuvo de acuerdo a regañadientes y luego de mucho batallar aceptó cuando se convenció que primero estaban las cuestiones de principios y después los asuntos personales. Varios meses estuvimos sin poder utilizar esta vía de comunicación
que sólo se restableció cuando el DSE quedó convencido que la criminal medida inhumana aplicada no nos amedrentaría.
(Octubre/2004)3.
Las contramedidas tomadas por la policía política adquirían formas represivas que se extenderían no sólo a Laura y a mí, también al resto de mis familiares y amigos.
* * *
El 17 de enero/2004 el Tte. Cnel. Luis Mariano, Jefe del Dpto. 21 del DSE o su sección de operaciones, creado para enfrentar al enemigo, citó a mi esposa a sus oficinas (Ave. 31, Marianao, Ciudad de La Habana), para tratar con ella –es decir, el enemigo– varios temas de interés para ellos.El inicio del encuentro fue armónico. El uniformado tocó con ella los mismos asuntos que Méndez Masjuán discutió conmigo. Laura, al igual que yo, no fue susceptible a las presiones. El Tte. Cnel, molesto y ya próximo a dar por terminada la entrevista, dio dos fuertes manotazos sobre su mesa de trabajo con la intención de amedrentarla, y le gritó fuera de sí, al menos parentemente: “vas a tener que venir a pedirnos ayuda”. Ella lo miró. Se sonrió y se retiró del local.
Luis Mariano cumpliría su amenaza con dos medidas concretas.
Ni ella ni yo nos acercaríamos a él a “pedirle su intercepción divina”.
A mi me iniciaría –como primera medida– un expediente basado en falsos argumentos con seguridad, facilitados por el oficial DSE de Santa Clara Vladimir, para que me clasificaran apto como recluso para ser destinado a la sección provincial de reciente creación en Villa Clara (agosto/2004) que lleva por nombre “Régimen Especial Incrementado” (REI), al que me referiré amplia y enjundiosamente en los próximos seis capítulos.
Este traslado se efectuaría en enero/2005. El 27 de enero, víspera del nacimiento de nuestro Apóstol José Martí. La segunda fue dirigida contra LDB. Se realizó el 20 de marzo de 2005, a mi esposa Laura y una treintena de LDB las interceptarían en 5ta Avenida de Miramar, Ciudad de La Habana, al concluir la misa en la iglesia de Santa Rita, cuando ellas se disponían a iniciar su clásico desfile por tan popular vía de comunicación de la capital. Participaron como fuerza de choque 180-200 mujeres dirigidas por miembros del DSE vestidos de civil y en posesión de altoparlantes para dirigir y desviar los vehículos que transitaban por tan importante autopista, así como de equipos de radio locales con frecuencias policiales, por medio de las cuales se mantenían en permanente contacto con su superioridad e informarles el desarrollo de la provocación o quizás denominada eufemísticamente “operación militar preventiva” contra treinta
mujeres pacíficas y desarmadas, o mejor dicho, armadas con preciosos ramos de gladiolos. También es posible que pasaran a una segunda fase, la agresión física prevista si LDB oponían fuerte resistencia.
LDB no aceptaron con respuestas ofensivas las acciones emprendidas por aquella masa de provocadoras que gritaban frases hirientes a la dignidad humana, así como consignas políticas repetidas hasta el cansancio. Las acompañaron y molestaron durante el recorrido. Cuando LDB concluyeron su caminata y fueron a la parada de ómnibus para retirarse a sus respectivos domicilios fueron rodeadas por sus agresoras y los hombres que las dirigían del DSE durante 30-40 minutos. A mi esposa se le acercó una de las intimidadoras y le gritó en el
oído: ¡puta! Laura le respondió arrojándole a la cara las flores que traía en sus manos.
Por suerte para LDB la provocación de fuerza fue cubierta de principio a fin por los medios de difusión masiva acreditados en Cuba. El planeta Tierra conoció, minutos después de ocurrido el hecho por la radio, TV, la prensa escrita e Internet, lo sucedido contra pacíficas mujeres.
Una vez más fracasó el DSE en su campaña de intimidaciones y se vio impedido de alterar la realidad de lo ocurrido, inculpando a LDB de tan infeliz encontronazo represivo, provocado por las autoridades cubanas. No fue un acto del pueblo contra grupos disidentes. Era la policía política del régimen cubano actuando contra pacíficas mujeres.
Suficientes pruebas gráficas y testimoniales recorrieron el mundo y varios círculos profesionales extranjeros pudieron comprobarlo personalmente por sus respectivos enviados especiales que cubrieron tan brutal acto represivo contra manifestantes pacíficas que clamaban, cívicamente, por la liberación de sus familiares sometidos a largas e injustas condenas.
El Tte. Cnel. Luis Mariano, con ese acto inescrupuloso, cruel y deshumanizado, cruzó peligrosamente la frontera del juego de palabras, amenazas e intentos intimidatorios; al de las agresiones físicas en el plano real. Quizás tan aparatosa derrota constituyó unos de los argumentos utilizados para su sustitución en el cargo o promoción hacia otro mayor donde su destreza opresiva sea de mayor efectividad. No es fácil encontrar un servidor que acumule en su alma tanta
vileza y proyección destructiva como la que posee este poderoso oficial.
A partir de ese momento ambos contendientes sabrían que en la lucha iniciada no existirían reglas, límites, ni medios a emplear. Sin embargo, LDB conocieron ese día cuanta fuerza poseían. A partir de ese momento y en los siguientes años de enfrentamientos sin cuartel adquirieron plena conciencia de su humana grandeza y supieron empinarse por sí mismas y tocar el cielo con las manos.
Sin lugar a dudas LDB han encontrado un camino cívico que convierte en realidad cual es la vía de gran efectividad –aunque no la única– para lograr la liberación de quienes defienden ideas y modelos de gobernabilidad y estructuras socio-económicas diferentes a las sostenidas por los medios gubernamentales en sus países de origen; la coexistencia social tan defendida por los primeros cristianos y casi olvidadas
por las generaciones actuales; y la libertad de conciencia.
En las circunstancias y época que nos ocupa, LDB se han convertido en valuarte y figura emblemática mundial en la lucha contra la privación de los derechos fundamentales del hombre.
Por estas razones LDB fueron galardonadas excepcionalmente en marzo del 2005 con el “Premio por la libertad y la democracia Pedro Luís Boitel”; así como también nominadas y premiadas de manera compartida al “Premio Andrei Saharov a la libertad de conciencia”.
Ambos premios constituyen un reconocimiento a LDB al tener en cuenta sus destacados logros y méritos en la defensa por la libertad de pensamiento y palabra frente al fanatismo, la intolerancia y el odio ideológico ejercido por los regímenes de gobiernos tiránicos cuyas conductas se identifican con el totalitarismo y el terror indiscriminado contra sus pueblos, sean aquéllos de derecha o de izquierda.
El “Premio por la libertad y la democracia Pedro Luis Boitel” es auspiciado por organizaciones no gubernamentales, sin fines lucrativos de Europa, América Latina y Norteamérica.
Se le otorga a cubanos que se distinguen en su lucha por la libertad y que han continuado el sendero que marcó el líder estudiantil y disidente cubano Pedro Luis Boitel, quien murió en las prisiones del país durante la existencia del duro presidio político de los primeros años del gobierno absolutista impuesto en nuestro país por el Dr. Fidel Castro Ruz, cuando realizaba la que sería su última huelga de hambre prolongada en reclamo a los derechos del prisionero político y como resultado fatal debido a la estrechez ideológica de
sus carceleros.
Este premio surgió en año 2000 y se entregó, por primera vez, en el 2001. El otorgamiento se efectúa en el curso del mes de abril rememorando el sacrificio protagonizado por Boitel.
El año 2005 marcó la prístina ocasión en que se le otorga a un grupo de presión cívica antigubernamental, perteneciente a la resurgente sociedad civil en Cuba.
Galardonados
2001 --- Juan Carlos González Leyva
2002 --- Angel Moya Acosta
2003 --- Roberto de Miranda
2004 --- Berta Antúnez Pernet
2005 --- Grupo Cívico “Las Damas de Blanco”
Premio Andrei Saharov por la libertad de expresión y conciencia.
El Parlamento Europeo concede anualmente, a partir de 1988, el “Premio Saharov a la libertad de expresión y conciencia” para distinguir a personalidades u organizaciones que han seguido el ejemplo de Andrei Saharov y sobresalido por su actividad en la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como contra la opresión y la injusticia.
Andrei Saharov (1921-1989) físico de renombre, miembro de la Academia de Ciencias de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), disidente político y titular del “Premio Nobel de la Paz de 1975”, envió un mensaje al Parlamento Europeo en aquella época, desde su exilio en Gorki, donde exponía su alegría por el hecho de que ese órgano regional legislativo deseara crear un “Premio a la libertad de conciencia” que llevara su nombre. Lo interpretaba –no sin razón– como un estímulo para todos aquéllos que al igual que él se habían consagrado a la lucha por el respeto de los derechos humanos.
En la misma frecuencia con el hombre que dio nombre al premio, las personas e instituciones hasta el momento galardonadas con el Premio Saharov, testimonian cuanto valor, paciencia y energía interior se necesitan para defender los derechos humanos y su alcance universal. Su acción constante ha significado y exigido –por regla general– la persecución, privación de libertad o el destierro o una mezcla de ellos, en su búsqueda y defensa de la dignidad humana.
El Parlamento Europeo entrega este premio de los Derechos Humanos, dotado con cincuenta mil euros, en el marco de una sesión solemne que se celebra en Estrasburgo, alrededor del 10 de diciembre, fecha en que se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en el año 1948.
La Unión Europea (UE) se basa en los principios de la libertad, la democracia, el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y el Estado de Derecho. Estos principios son comunes a todos los Estados miembros y figuran como tales en el Tratado de la Unión. La UE respeta los derechos
fundamentales consagrados en el convenio Europeo de Derechos Humanos, firmado en Roma, en 1950, bajo la égida del Consejo de Europa, por todos los países que hoy forman parte de la UE. Para la UE y sus
Estados miembros, el convenio junto a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y sus sucesivos pactos, y junto a la
Carta de los Derechos Fundamentales de la U.E., constituye el principal documento de referencia en materia de Derecho Internacional en el ámbito de los derechos humanos.
Galardonados
1988 --- Nelson Rolihlahla Mandela (Sudáfrica)
Anatoli Marchenko (URSS a título Póstumo)
1989 --- Alexander Dubcek (Checoslovaquia)
1990 --- Aung San Suu Kyi (Birmania)
1991 --- Adem Demaci (Kosovo)
1992 --- Las Madres de la Plaza de Mayo (Argentina)
1993 --- Oslobodjenje “(diario de Sarajevo, Bosnia y Herzergovina)
1994 --- Taslima Nasrin (Bangla Desh)
1995 --- Leyla Zana (Turquía)
1996 --- Wei Jingesheng (China)
1997 --- Solima Ghezali (Argelia)
1998 --- Ibrahím Ragova (Kosovo)
1999 --- Xanana Gusmao (Timor Oriental)
2000 --- ¡Basta ya! (Iniciativa ciudadana del país Vasco)
2001 --- Izzat Ghazzawi (Palestina) Nurit Peled-Efhanan (Israel) y Dam Zacarías Kamwenho (Angola)
2002 --- Oswaldo José Payá Sardiñas (Cuba)
2003 ---
2004 --- Zhanna Litvina (Bielorrusia)
2005 --- “Las Damas de Blanco” (Cuba) y “Reporteros sin Fronteras”(Francia)
· * *
Continuará con …
—Acaban de comunicarme te trasladarán para el régimen especial de la provincia (se refiere al REI). Recoge tus pertenencias que en breve te vendrán a buscar.
Semejante decisión me golpeó muy fuerte, pero en realidad no me sorprendió. En este perro mundo de encierro, arbitrariedades y violaciones a los derechos de los
reclusos, todo es posible. La
Habana había aprobado mi clasificación de
prisionero altamente peligroso y enviado al REI, a propuesta de la provincia de Villa Clara (léase 1er. Tte. Vladimir Méndez Masjuán, bajo la segura orientación que a la vez sería quien me
aprobaría el régimen, Tte. Cnel. Luis Mariano Lora de la sección 21 de DSE) región
en la que me encontraba confinado.
De esta manera tan sencilla comenzó la peor de todas las experiencias vividas por mí, hasta ese momento, en mi condición de prisionero de conciencia. Mi encierro en el REI dejó huellas difíciles de borrar en mi pensamiento,
psiques, y cuerpo. Sólo la fuerza de mis convicciones, filosofía ante la vida;
el apoyo y solidaridad recibido de mis familiares, sobre todo de mi esposa, y
la opinión pública internacional; me permitieron resistirlas primero y
vencerlas después, durante los siete meses y trece días exactos que estuve
“enterrado vivo” en sus mazmorras. Pero estos detalles, como plato fuerte
de este tomo, los referiré en los próximos seis capítulos.
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