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En la ONU, “Verdeades” a Medias, Carlos Alberto Martínez Muñoz.
by cubanacanpress
El Condado, Santa Clara, 5 de octubre del 2012, (FCP). Una vez más se han reunido los países de todo el mundo en la Asamblea General de la ONU. Y por supuesto, una vez más se ha levantado la "vibrante voz de Cuba" para denunciar los males que agobian a la Humanidad, males que siempre provienen de los países desarrollados, en especial de los Estados Unidos de América.
Muchos temas abarcó la nación antillana en el debate general del 67 Periodo de Sesiones de la Asamblea General. Bruno Rodríguez Parrilla, el flamante Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, intervino el pasado primero de octubre para exponer la posición oficial de Cuba en varios temas de actualidad política nacional e internacional.
Habló el Ministro sobre la Cumbre de las Américas y sobre la constitución de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El funcionario arremetió, como de costumbre, contra los Estados Unidos, con énfasis en la política exterior del mismo hacia Siria y América Latina, entre cuyos países destacó a Venezuela y a Cuba.
No podían faltar los temas ambientales, un aspecto que ya se ha hecho obligatorio en las intervenciones de Cuba en la ONU, donde los políticos de la Isla campean por mantener un estatus de gobernantes ambientalistas. No se puede hacer menos luego de la línea trazada por Fidel Castro en su histórico discurso de 1992 en la Cumbre de Río.
Rodríguez Parrilla mencionó varias veces estos asuntos durante su intervención en la Asamblea General. "Ahora (...) se libran guerras de conquista por el control de recursos naturales y zonas de importancia estratégica", dijo el político en evidente alusión a Washington.
Además se refirió a la reciente Cumbre del Movimiento de Países no Alineados, celebrada en Teherán. En esta cita se debatieron aspectos ambientales como el derecho al desarrollo, la soberanía sobre los recursos naturales, el desarme general y completo, en particular el nuclear; y el derecho al uso de la energía nuclear con fines pacíficos.
No fueron estos los únicos problemas que mencionó. Quizás la mayor verdad que salió de los labios del eximio ministro fue que: "Avanza también la destrucción del medio ambiente, se acelera la pérdida de la biodiversidad y el equilibrio natural de los ecosistemas...".
Dijo que, paralelamente, "la agudización de los patrones de producción y consumo irracionales, la marginación de más de la mitad de la población mundial y la ausencia de medidas globales para detener el avance del cambio climático, suponen un riesgo cada vez mayor para la integridad física de naciones enteras, particularmente los pequeños estados insulares".
Por supuesto que estas verdades, dichas por Cuba, son solo verdades a medias, y numerosos ejemplos hay para demostrarlo. Uno de ellos lo constituye las décadas de negativa a firmar los tratados referentes al desarme nuclear, negativa superada hace solo pocos años.
Y si en nuestro país no hay guerras internas por el control de los recursos naturales, es porque ya todos tienen dueño. Sin embargo, preocupan algunas nuevas tendencias, como la geofagia de Gaviota S. A., que no solo administra el área protegida de Topes de Collantes, sino que expropió forzosamente a la Empresa de Flora y Fauna de otra de ellas, Cayo Santa María.
Peligroso es el doble rasero de la Isla en cuanto a protección de la biodiversidad y del equilibrio natural. ¿Cómo explicamos en este contexto la destrucción de ecosistemas como el de Varadero, con especies endémicas únicas? Me imagino que el gobierno lo justifique ladinamente como "derecho al desarrollo", si es que alguna vez se da por aludido.
En algo sí se puede coincidir con Bruno Rodríguez. Como bien dijo él al finalizar sus palabras: "Con toda certeza, ocurra lo que ocurra, nuestro pueblo, con todos y para el bien de todos, persistirá en el camino escogido hasta conquistar toda la justicia". Está claro que, para nosotros, toda esa justicia será, necesariamente, también ambiental.
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