El líder sindical a Cristina Kirchner: 'No siga con esa soberbia abrumadora'
- La presidenta compara a los manifestantes con 'cerdos'
- Moyano recita de memoria frases de Perón
La Plaza de Mayo era un alboroto de bombos y bocinas mezclado con las voces de los vendedores que aprovechaban la concurrencia de tanta gente para vender choripán (carne) a las brasas, refrescos y camisetas con el rostro del orador al que todos esperaban. Hugo Moyano sorbió un vaso de agua, aclaró la garganta y todos enmudecieron. Vestido con su acostumbrada chaqueta de cuero negro, el secretario de la Confederación General del Trabajo (CGT), encabezó el acto que se realizo a tiro de piedra de la Casa Rosada, el cuartel de su adversaria Cristina Kirchner.
Más de 10.000 personas se concentraron allí en respaldo al paro de los camioneros que reclaman ser exentos del pago de impuesto a la renta y que les reconozca el derecho a la asignación universal por hijos, que el gobierno otorga a los sectores de bajos ingresos.
Apuntando con la mano hacia el palacio presidencial, Moyano le pidió a la inquilina de ese edificio que "no siga con esa soberbia abrumadora". El veterano sindicalista advirtió que "no por saber manejar las estadísticas a su antojo, los intelectuales (como Cristina) deben sentirse superiores a los humildes, que tienen la sabiduría de la vida".
En ese momento, uno de los manifestantes alzó un maniquí que representaba a la jefa de Estado, con unas coquetas gafas de sol y una cartera copia de las que fabrica Vuitton.
La mayoría de los lienzos eran de las asociaciones de camioneros agrupados en la CGT, pero también había del gremio de los gastronómicos y de los técnicos aéreos. Hoy hubo demoras en la salida de los vuelos desde Buenos Aires.
"Pareciera que un reclamo legítimo es una extorsión. Qué un paro general fuese un acto de sedición contra el gobierno. ¡Cómo habrá de serlo si los trabajadores somos los que más nos perjudicamos cuando no hay democracia!", exclamó Moyano en medio de atronadores aplausos.
Cruce de acusaciones
Luego el orador lanzó una afilada indirecta contra los Kirchner, en referencia a su comportamiento bajo la dictadura. "Mientras nosotros peleábamos contra la represión, otros se escondían bajo la cama o se exiliaban en el extranjero o al sur del país", dijo el sindicalista,recapitulando los años más oscuros de la dictadura, cuando Néstor y Cristina Kirchner se instalaron en Río Gallegos, donde abrieron un bufete de abogados.
En respuesta a uno de los últimos discursos de Cristina, en que lo acusó de perseguir intereses mezquinos cuando Argentina enfrenta los primeros golpes de la crisis mundial, Moyano dijo: "Estamos dispuestos a poner el hombro, pero no nos gusta que todo se haga por imposición, como si estuviéramos bajo una nueva dictadura".
Mientras miles de sindicalistas colapsaban Buenos Aires, la presidenta argentina, Cristina Fernández, inauguró una granja porcina en el interior del país y no dudó en comparar el comportamiento de hombres y cerdos. "Nunca nada me pareció tan parecido a nosotros, los humanos", manifestó. Durante parte de su discurso trazó un paralelismo entre los humanos y los cerdos y relató que, tras nacer en una suerte de "maternidad de chanchitos", en muchos establecimientos las crías pasan a otras dependencias donde sufren de "estrés porque pelean" entre sí "para ver quién tiene la jefatura". Por eso, concluyó, los cerdos "se parecen en todo" a los seres humanos.
Por su parte, Moyano hizo gala de un conocimiento enciclopédico de las citas de Juan Domingo Perón. "En cierta oportunidad, Evita le dijo a su esposo, 'Juan no te olvides de los pobres porque ellos nunca te traicionarán'. Yo les digo a ustedes (los manifestantes) que quien les habla nunca les traicionará". Fue la señal para que los movilizados alzaran los retratos del Perón y su esposa, aunque también los de Néstor Kirchner con quien Moyano se entendía de maravillas, al comienzo de la era K.
"Somos mansos, nobles y prudentes, decía el general (Perón)", recitó el jefe de la CGT. "Pero no confundan esos atributos con ser tontos. Aquí nadie tiene un pelo de tonto".
Hugo Moyano criticó la política económica del gobierno, diciendo que no ha sabido aprovechar las tendencias favorables de un mercado mundial con alta demanda de productos agropecuarios. "Se tendría que haber acabado con el hambre y la miseria. Pero esos males no se combaten con cálculos que nadie entiende", disparó el corpulento sindicalista de 68 años, aludiendo a la costumbre de la presidenta de barajar estadísticas favorables a su gestión en los discursos.
El jefe de la CGT terminó su intervención con una frase conciliadora. "Cristina seguirá gobernando hasta el final de su mandato y Hugo Moyano será reelecto secretario de la CGT en las elecciones de julio. Qué no sigan con el disparate de que alguien va a ser destituido en Argentina. Nosotros estamos abiertos al diálogo y ojalá que ella también
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